Si nos acercamos al debate que se sostiene en la sociología contemporánea, nos sobreviene una sensación de estar al borde del final de una época, y en el proceso de parto de un nuevo período en la historia de la civilización.
Desde la perspectiva de pensamiento de Jürgen Habermas, el S. XX culminó con la “colonización del mundo de la vida por el sistema”. Las estructuras de dominación de la sociedad industrial, donde el poder estaba claramente encarnado en sujetos sociales, grupos o colectivos de poder político y económico, dio paso a un mundo en que las estructuras de dominación se desencarnan para ocupar un espacio virtual en un sistema sociocultural despersonalizado ostentando un poder total, casi absoluto, que se impondrá al sujeto (original fuente de poder) en forma coercitiva. Este acontecimiento histórico, afirma la tesis durkheimiana de la existencia del hecho social como fenómeno independiente del individuo y que lo domina con un poder omnímodo.
Este suceso civilizacional habría desembocado, en los albores del S. XXI, en lo que Ulrich Beck ha denominado la sociedad del riesgo. Una sociedad que paradojalmente, en virtud del ilimitado desarrollo del pensamiento materializado en un portentoso avance de la ciencia y la tecnología, ha generado situaciones de riesgo límite, en la forma de una poderosa biotecnología; una economía alienada del sujeto con una lógica de invasión por parte de la macroeconomía sobre la microeconomía; el uso de la energía nuclear que se escapa de las manos del individuo (caso Chernobyl)1; y una tecnología que en términos relativos no está claramente al servicio del mejoramiento de la calidad de vida del sujeto que vive su cotidianidad en el mundo de la vida.
1- Accidente nuclear sucedido en la Central Nuclear de Chernobyl (Ucrania), en abril de 1986. Constituye uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.
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