Transcribimos parte de la introducción del libro donde Ferrer, argumenta porqué la vida de este genial bailarín y coreógrafo, comunista y defensor de las causas populares, merece ser contada.

Antonio Gades en mi vida

Mi primer recuerdo de Antonio Gades es ver a mis 14 años, la película Bodas de Sangre del binomio Gades-Saura en un viejo casete VHS. Y en esa etapa de mi adolescencia, despertar de amores, quería lograr —aunque sea mínimamente- la elegancia y seducción de ese hombre que danzaba de una manera arrolladora. Quería lograr ser Antonio Gades para poder conquistar y enamorarme de quien sintiera que fuera la elegida en ese entonces. (...)

Corría el año 2011 y mi madre había comprado en formato DVD la trilogía de Gades y Carlos Saura (Bodas de Sangre, Carmen y El Amor Brujo) y un día, mientras mirábamos las películas, mi hija descubrió a Gades, Cristina Hoyos, Juan Antonio Jiménez, Pepa Flores y los demás integrantes de aquella saga inolvidable. Quedó deslumbrada a tal punto, que con un celular filmaba las escenas que más le gustaban. Fue algo increíble. Una vez más, la esencia de Gades se metía como un rayo de sol, pero esta vez, en el sentir de mi pequeña hija Micaela.

La tercera vez que Gades irrumpió en mi vida con fuerza huracanada, fue por la cuestión política. Cuando estudié que Antonio además de ser un sublime bailaor, era un hombre de ideas de izquierda y revolucionario, me dije a mi mismo ‘¡Más completo no puede ser este hombre!’. Y ya me fascinó en su totalidad. Además, damos un valor adicional quienes venimos de familias que sufrimos la tragedia del terrorismo de Estado que asoló la Argentina durante 1976-83 (mis tíos Héctor Hugo Malnati y Mirta Noelia Coutoune, embarazada, fueron militantes políticos detenidos-desaparecidos) y seguimos luchando por la Memoria, Verdad y Justicia; la voz de Antonio Gades, siempre estuvo con los humillados y olvidados de cualquier rincón del planeta. Un artista comprometido con su tiempo, un hombre ético e insobornable. Un hombre imprescindible.

Luego, por mi profesión, tuve el honor de que el Comandante Fidel Castro, nos regalara un prólogo al libro Stella Calloni Intima. Una cronista de la Historia, que realizamos con mi amigo y colega Héctor Bernardo, y nos dio la oportunidad de conocer y visitar en distintas oportunidades Cuba, la isla rebelde. Y allí pude encontrarme con la historia de amor entre Gades y la Revolución Cubana, su amistad con Fidel y Raúl, con otros personajes centrales de la historia cubana como la prestigiosa bailarina Alicia Alonso, Alfredo Guevara, Redento Morejón Morejón, Miguel Cabrera, de su relación con el Ballet Nacional de Cuba, las puestas en escena de sus obras y coreografías junto a su compañía, sus osadas travesías en su barco Luar-040 cruzando el atlántico desde su España natal hasta llegar el puerto de La Habana. (...)

Había vivido el mundo Gades en Argentina y Cuba pero necesitaba respirar y sentir el aire gadesiano por tierras españolas y hasta allá me aventuré durante algunos meses del 2023 que fueron vitales y una vez más Antonio me sacudió como un vendaval... pude sentirlo de una manera especial. Espiritualmente fue fundamental.

Distintas experiencias inolvidables como llegar a la Fundación Antonio Gades, situada en la ciudad de Getafe, Madrid, donde fui recibido por María Esteve Flores, hija mayor del matrimonio Gades Pepa Flores, Presidenta de la Fundación y Eugenia Eiriz, Directora General y última compañera de vida de Gades, comenzando una etapa fundamental para mi investigación.

Luego apareció Stella Arauzo, actual directora artística de la compañía de baile, bailarina de Antonio Gades y compañera de vida del prestigioso guitarrista Antonio Solera, quien me permitió vivir distintos ensayos de Bodas de Sangre, Suite Flamenco y Fuego, que luego pude disfrutar una noche en el Teatro Federico García Lorca en Getafe, y apreciar el fervor del público dando bravos y aplausos de pie durante varios minutos. (...)

En Barcelona durante varios días, me paraba algunos minutos en la Rambla donde Gades inmortalizó su Farruca en la película Los Tarantos (1963) junto a la irrepetible Carmen Amaya.

En Sevilla, gracias a la generosidad de Cristina Hoyos, figura prestigiosa del baile flamenco y pareja de baile de Gades durante veinte años, y de Juan Antonio Jiménez, su compañero de vida, destacado bailaor e íntimo amigo de Gades, me permitieron vivir y sentir distintas emociones en el Museo del Baile Flamenco, fundado y dirigido por la misma Hoyos; único en el mundo ubicado en uno de los cascos históricos más grande de Europa, en una Casa-Palacio del Siglo XVIII.

Entonces, pensé que había muchas historias para poder contar para que los lectores/ras puedan disfrutar de Gades en todas sus dimensiones y facetas, tanto humanas como artísticas.

El libro se divide en varios capítulos, donde se podrá encontrar un recorrido por su infancia y juventud, sus inicios en la danza, el teatro, la literatura, el cine, las artes plásticas, la fotografía, sus maestras/os como Pilar López y Carmen Amaya o Vicente Escudero, su formación política, su marxismo teórico y práctico, sus batallas y logros artísticos vanguardistas, su consagración como bailarín, bailaor y coreógrafo de excelencia mundial, su pasión por la navegación. Sus amistades con Pablo Picasso, Rafael Alberti, Salvador Dalí, Gina Lollobrigida, Vittorio Gassman, Carlos Saura, Paco de Lucía, entre otros personajes universales de la cultura (...)

Su relación y amistad con los exiliados argentinos de la última dictadura cívico-militar en España, su reivindicación a las Madres de Plaza de Mayo. (...)

Todo este trabajo, fue reconstruido con documentos científicamente históricos, la voz de Gades extraídas de distintas entrevistas y con distintos testimonios de España, Italia, Francia, Cuba y Argentina que fueron parte de la vida de este gran bailaor ya universal.

A veinte años de su paso a la inmortalidad, decidí reivindicar la figura de Antonio Gades, de poder homenajear a este hombre irrepetible para que las distintas generaciones, sigan (re)descubriendo una vida ligada a lo más profundo del arte y las revoluciones, no solamente políticas, sino también de la condición humana.