Vuelvo a escribir la editorial de la revista en el marco de la ampliación de la pandemia y la imposibilidad de producir los cambios que anunciamos en diciembre con vistas a una normalidad atado a bajas de casos y anunciadas vacunas por millones para el verano.

El mundo vive en una gran incertidumbre, de lucha contra un enemigo silencioso, que parece encontrarse en todas y en ninguna parte, acechándonos. No son tiempos para espíritus inquietos, más allá de eso nos movemos. El año pasado construimos herramientas vinculadas con la virtualidad, programamos, inclusive, de manera quijotesca, una plataforma de alojamiento y distribución de libros digitales que nos ha permitido ampliar las relaciones con autores y editoriales, publicar los libros de la editorial en digital y bajar los precios de los libros para aquellas personas que no podían acceder al libro del soporte gráfico o estaban imposibilitados en el acceso por la distancia sin tener que depender de las grandes empresas del imperio estadounidense.

Sumado a la plataforma de libros digitales amplificamos la difusión de revista en la virtualidad fortaleciendo para ello todas las redes sociales y el enlace con los lectores volviendo a enviar el boletín por correo electrónico.

Fueron las presentaciones por el canal de Facebook, YouTube y Twitter las que iniciaron un nuevo recorrido en la relación con nuestros compañeros lectores. En principio de una charla por semana hasta llegar al día de hoy a más de diez por mes y dos secciones fijas donde las experiencias de la cultura, el arte, la educación y la lucha política se comunican en formatos de vivos o en las secciones de No me vengas con el cuento y Visión contrahegemónica.

Todo este reordenamiento en el tiempo del covid con muy pocas herramientas tecnológicas a mano pero muchísima militancia y ganas de aprender y comunicar se han vuelto nuestro pan de cada día.

Iniciamos con este número tardío del tiempo pero seguro en la continuidad un proceso de ampliación de de notas y secciones vinculadas con el audiovisual tomando como eje la salida solo en la virtualidad de la revista para luego cuando la pandemia lo permita volver a reordenar el material desde la palabra y la imagen en soporte gráfico.

No se extrañe el lector acostumbrado a recorrer las páginas con ese bello aroma a tinta si en estas ediciones la oralidad le gana espacio a la palabra escrita, para tranquilidad de todos palabras dichas serán con la misma dirección de entablar la lucha por un mundo mejor.