Sea que: “la gata sea angora” o, que: “la gata sea Flora” como dicen en otras partes, para la pseudo oposición criolla al Presidente Daniel Ortega Saavedra, es éste, el dilema, el síndrome que sufre en los más profundo de sus entrañas.
Las críticas ahora al presidente Ortega son relativas a “que no está a la altura” de las circunstancias generadas por el coronavirus, es decir que no es el “iluminado” que ellos quieren. Hasta hace quince días lo que exigían era que apareciera en público.
Lo que no dicen, es que a nivel mundial, desde las más grandes potencias hasta las más humildes naciones, no estaban esperando la aparición y expansión “rápida y furiosa” del covid-19., mucho menos que estuviesen preparadas para una “guerra” contra un “enemigo” que desde el principio, los países más pudientes llamaron “invisible”, para justificar su incapacidad que no “ineptitud” para combatirlo puesto que ni siquiera quien haya sido “el ingenio de este mal para la humanidad”, está aún en capacidad de aniquilarlo.
Recuerdo de muchos años atrás cuando apareció el “Zika virus” y el “Chikungunya virus”, que en todos los principales puestos fronterizos de Nicaragua, comenzó a utilizarse el “monitor de temperatura”, incluso para prevenir la “fiebre amarilla”, se llenaba un formulario que permitía al MINSA el rastreo de las enfermedades derivadas de tales virus.
Con esto quiero decir que el sistema de salud de Nicaragua, desde entonces, siempre estuvo atento a la aplicación de medidas preventivas, monitoreo o “testeo” de quienes pudiesen ingresar al país con alguna enfermedad infecto-contagiosa.
Los adversarios políticos del GRUN y del FSLN, son “Don Me Opongo”, una “pléyade” que se destaca por querer, cada uno de ellos, ser “cacique” y ojalá con el temple y la garra de Diriangén, en su comportamiento, son expresión consuetudinaria del “oportunismo político” a ultranza.
Enmascaran, camuflan sus pretensiones de poder, sino su “ansias de poder” sin tener ni el talento, ni el talante para gobernar y en ese “sin sentido”, se vuelven fácilmente frustrados buscadores del vellocino de oro, entiéndase el Estado nicaragüense, y ese perseguir los lleva a ser por naturaleza política desleales con el interés nacional.
Para intentar “derrocar” al Presidente Ortega, una vez derrotados en el plano del escenario y circunstancias que ellos mismos envalentonadamente diseñaron y crearon entre abril-julio del 2018, no es ningún secreto que activamente sostenían “contactos estrechos” y ayuda esencial de la Administración Norteamericana, que guiada en su política exterior hacia América Latina por el Senador Marco Rubio et al, ha devenido en aliado estratégico electoral del 45° presidente de los Estados Unidos, dada la importancia electoral del Estado de La Florida, herbario del anti- socialismo en la Isla de Cuba.
Ahora con el covid-19, lo que le exigen al Presidente Ortega es que “acate” sin ningún atisbo soberano, las orientaciones de la cada vez más cuestionada OMS, sin sopesar las condiciones propias de Nicaragua.
Sea que: “la gata sea angora” o, que: “la gata sea Flora” como dicen en otras partes, para la pseudo oposición criolla al Presidente Daniel Ortega Saavedra, es éste, el dilema, el síndrome que sufre en los más profundo de sus entrañas. Obviando, que cada país está aplicando dichas disposiciones conforme le ha parecido conveniente y oportuno a cada gobernante, partiendo de que nadie había sido ni por asomo, entrenado previamente para hacerle frente a semejante pandemia. Por ejemplo hay países, cuyos mandatarios ante el dilema que la pandemia conlleva, “privilegiaron la vida y no la economía”, otros optaron por menospreciar la magnitud del problema diciendo que era una “gripesiña”, otros buscaron soluciones “hibridas”, en Alemania, en Suecia, sus versiones propias. ¿Por qué Nicaragua no puede aplicar la búsqueda propia de solución a esta difícil situación? ¿Quién es el que tiene la receta certera a estas alturas? No es de quien gobierna Nicaragua, que salió la insensata insinuación de que los afectados tomen Lysol o detergente para curarse. A la pseudo oposición en Nicaragua, la caracteriza la miopía política, carencia de un análisis serio de la realidad nacional y sus posibilidades viralmente las adhieren a toda aquella “casualidad” que surge en el tiempo: un incendio en una reserva, una ley derogada, una pandemia; todo lo que les permita configurar un “relato” que rinda frutos para conseguir el ansiado liderazgo. Como hay carencia de ideas y de propuestas que no hayan sido ya planteadas por el GRUN y el FSLN, entonces el embate tiene que ser dirigido hacia el “objetivo” que no es otro que quien en verdad tiene un liderazgo a prueba de “agua y choque” como los mejores relojes suizos: el Presidente Ortega. De ahí, que “pollos que apenas nacieron”, ya se quieren “pelear con el gallo”, convirtiendo lo que debería ser y categóricamente no es, una sana lucha política, en una “guerra de fomento del odio personal” contra el gobernante. Y en ese sentido, primero se aferraron al intento de “golpe de Estado”, después quisieron una solución negociada, después gestionaron ante la OEA, siguen con las sanciones de la Admon N.A., y ahora el Covid-19 les cayó como “anillo al dedo”. Cuando lo que se observa como tendencia es que el Estado sea el “pivote” para hacerle frente a la crisis del covid-19, esa “oposición” lejos de mostrarse con una voluntad sinceramente cooperadora, trata de torpedear al GRUN: exigen que el Estado inyecte recursos al sector privado, cuando hasta hace unas cuantas semanas promovían el “paro nacional” del mismo para afectar económicamente al Estado. Han estado cuestionando sistemáticamente al Banco Mundial, BID, BCIE y toda fuente multilateral de financiamiento para que corten los préstamos al país. Se han olvidado de todo el daño, cuantiosas pérdidas económicas y de vidas humanas que provocó la aventura de abril del 2018 y las maquinaciones que han venido impulsando para perjudicar a la nación. En las actuales circunstancias, de una pandemia globalizada, no es fácil para el presidente de Nicaragua, ser el responsable por el bienestar y la vida de la población entera del país. Con la calidad de “oposición política” que describo, imagínense ustedes qué estarían diciendo con una “cuarentena estricta” como se ha aplicado en varios países de Latinoamérica Mientras en otros países las fuerzas policiales están siendo utilizadas para garantizar la obligatoriedad del “aislamiento social”, en Nicaragua se está diciendo que está endureciendo la represión. Se ha apelado a la conciencia y organización ciudadana para que tome las medidas recomendadas mediante cientos de miles de visitas casa por casa y entonces es que se está empujando a la gente para que sufra contagio… pero se alaba la modalidad sueca, se trata contra Nicaragua y su Gobierno de lo que en otros países llaman INFODEMIA, más perniciosa que la pandemia. Solo recuerdo la forma en la que el Gobierno de Alemán-Bolaños, enfrentaron la crisis provocada por el deslave en el Volcán Casita durante el Huracán Mitch, no voy a entrar en detalles porque quiero confiar en la memoria histórica de aquellos que lean esta líneas ya abundantes. Mi mensaje sería: Siendo las cifras bajas como se apuntan, más allá de las variantes matemáticas que se apliquen, más allá de la cancha político-ideológica en la que cada quien se ubique, lo cierto es que debemos alegrarnos y dar gracias a Dios porque dichos índices se mantengan bajos, contribuyamos individualmente con la observancia rigurosa de las recomendaciones abundantemente difundidas, dependiendo de cada uno de nosotros, habrá cada día la posibilidad de salvar no una sino varias vidas… Si de algo hay que padecer en estos días, es de “sordera” para no escuchar el parloteo confuso de una pseudo oposición que desea que la pandemia sea el eslabón que les permita poner el poder en sus manos, a todas luces una esperanza que ya se les revela también fallida. |
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