España atraviesa un momento crucial para su futuro y el de toda Europa. Desde el pasado 7 de enero, Pedro Sánchez se transformó en el presidente del primer gobierno de coalición desde el regreso de la democracia.

Sánchez fue investido tras dos elecciones, varios meses sin poder formar gobierno y luego de muchas negociaciones que derivaron en una coalición de gobierno entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP).
Un dato no menor es que la alianza entre estas dos grandes fuerzas políticas no hubiese sido suficiente para formar gobierno si no se hubiese conseguido la abstención de los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya.

La reacción de los partidos de derecha Ciudadanos y Partido Popular (PP) y de la ultraderecha franquista del partido Vox no se hizo esperar. El domingo 12, estos sectores realizaron masivas manifestaciones contra la coalición que aún no había presentado a sus ministros.

El lunes 13 tomaron posesión de sus cargos los funcionarios del nuevo gobierno. Pablo Iglesias, máximo referente de Unidas Podemos, fue nombrado Vicepresidente de Asuntos Sociales.

Entre las primeras medidas anunciadas por el gobierno de coalición se destacan la suba del salario mínimo de 900 hasta los 950 euros es de trabajadores, la suba de las pensiones y el aumento de los salarios de los trabajadores públicos.
La necesidad de Pedro Sánchez de negociar con Esquerra Republicana no finalizó con su investidura. Para la aprobación del presupuesto 2020, el mandatario español necesita los votos de ese partido Catalán.

El gobierno anuncio que entablara instancias de diálogo con los inde-pendentistas. Se pautó una reunión para el 6 de febrero entre Sánchez y el presidente catalán Quim Torra.

Los independentistas reclaman libertad de los presos políticos, el fin de la persecución a los líderes que hoy se encuentran en el exilio y la autodeterminación de Cataluña.

Torra anunció la realización de elecciones parlamentarias anticipadas y remarcó que la fecha se definirá después de la discusión del presupuesto.
El gobierno español se debate entre las tensiones con los independentistas y las presiones de la extrema derecha que ha crecido exponencialmente transformándose en una verdadera amenaza.