El creador del sistema de información más contrahegemónico de las últimas décadas sigue luchando pero ahora fuera de prisión.
Julian Assange es una de las personalidades más influyentes en la política de las últimas décadas. Fue preso, liberado, vuelto a apresar y liberar, es referente de miles de activistas de todo el mundo que repudian las aberraciones del poder concentrado mundial, y así mismo uno de los principales enemigos de las élites globales.
Durante este tiempo publicó información sobre crímenes de guerra, ataques de diferentes Estados a poblaciones indefensas, torturas a niños y niñas en distintas partes del mundo, y demás atrocidades del poder mundial; pero no solo por eso es tan perseguido por el Imperialismo estadounidense, sino por diseñar una nueva manera de comunicarse.
Su criatura virtual llamada Wikileaks, es un sistema en la red que permite enviar información desde cualquier rincón del globo sin ser rastreada. Imaginá que podés publicar la información que quieras sin riesgo a represalias. Imaginá un mundo donde no puedan saber quién escribe estas líneas, y que tampoco puedan saber quién escribe tus comentarios y tus respuestas a estas líneas.
Wikileaks significaría “filtraciones rápidas” (wiki= rápido, en hawaiano) y muchas de las fuentes que aportan información son trabajadores de las mismas agencias de inteligencias, arrepentidos de colaborar con tanto crimen.
La Guerra Colateral
El caso de mayor trascendencia mediática de las filtraciones de wikileaks fue el video grabado desde un helicóptero de guerra estadounidense que disparaba a personas indefensas en Afganistán. Allí asesinaron e hirieron a muchos inocentes, incluidos niños, pero lo que preocupó a la opinión pública occidental “civilizada”, fue la muerte de dos periodistas británicos de la agencia Reuters.
A este acontecimiento Assange la tituló Homicidio Colateral, y es solo un ejemplo de las cientos de miles de noticias que demuestran las aberraciones que cometen las élites del poder mundial contra la población indefensa. Al entrar a wikileaks se puede acceder a información chequeada de casos como los cables diplomáticos de las operaciones de las embajadas norteamericanas, la infiltración de distintos agentes de inteligencia en organizaciones políticas para judicializar a sus referentes, y las torturas con un taladro a una niña de 6 años, entre otros crímenes aquí innumerables.
Todos estos cientos de miles de casos individuales comprende lo que Assange llama la Guerra Eterna, con lo que el complejo militar armamentista de Estados Unidos lava el dinero de sus ciudadanos. “Estados Unidos no pretende ganar definitivamente ninguna guerra, simplemente necesita guerras permanentemente para financiar su producción de armas y ponerlas en uso para poder producir más, con el dinero de sus contribuyentes”, afirma Assange en uno de tantos documentales que circulan en la red.
Edwar Snowden era un empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) que decidió contar que su gobierno estaba vigilando masivamente a la población en general y a muchos líderes como la excanciller alemana Angela Merkel y la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. Snowden dio la cara públicamente y el gobierno de su país comenzó a perseguirlo. En ese momento, Assange expresó “queremos ayudar a la fuente” y luego de pedir asilo a 11 países, consiguió trasladarlo a Rusia donde se le concedió la ciudadanía.
Desde ese momento la persecución contra el fundador de WikiLeaks fue definitiva, dijo la abogada de Derechos Humanos Internacionales Renata Ávila: “A la Libertad de Snowden, Julian la tuvo que pagar con su propia libertad”.
Si este mundo sigue así, todo preso es político hoy
Como lo viene diciendo el Presidente de Cuba, Díaz Canel, uno de los males que acecha a América Latina es la Judicialización de la Política. Lula, Evo, Cristina, Dilma y muchos otros referentes sufrieron golpes de Estado en los que el poder económico articuló al poder mediático y judicial.
Para Assange todo empezó con dos falsas denuncias de abuso sexual luego de un viaje a Suecia, por lo que purgó una prisión domiciliaria y luego tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres. Antes de que estas acusaciones fueran abandonadas, el Departamento de Estado (USA) arremetió con una serie de denuncias judiciales con las que pretendía encarcelar a Assange definitivamente.
Luego asumió como presidente de Ecuador, Lenin Moreno, quien traicionó a Rafael Correa y habilitó a la policía inglesa a entrar en la embajada. Assange fue detenido en una prisión de máxima seguridad, en donde se le violaron innumerables derechos como acusado sin el debido proceso.
En definitiva, E.E.U.U. quiso imponer una suma de cargos por los que pretendía una condena de 175 años de prisión y una extradición a aquel país. Allí sería juzgado en un distrito al este del Estado de Virginia en donde el 85% de la población son empleados de la CIA, el FBI, la NSA o alguna otra agencia de inteligencia, lo que significaba una cadena perpetua con la probabilidad de condena a muerte.
En el aspecto legal el caso Assange también es paradigma de que no se podía confiar en el sistema judicial de Estado Unidos, pero tampoco en el de Gran Bretaña, que gastó millones de dólares mensuales para espiarlo. Incluso puso cámaras ocultas en el baño de la embajada y en la sala donde Julian tenía las reuniones con sus abogados. El mensaje era claro, cualquier persona que dijera la verdad de los crímenes que cometía el Imperialismo podía ser encarcelado de por vida. En eso consistía la Doctrina Pompeo, que empezó a aplicar el Secretario de Estado de E.E.U.U.. A partir de entonces todos los medios de comunicación podían ser caracterizados como agencias de inteligencias y condenados.
Por esa situación los abogados insistían en que no se podía luchar con las armas de la ley, “esto está en manos del público”, decían, es decir en manos del pueblo, y en diferentes rincones del mundo empezaron las manifestaciones por la Libertad de Assange.
Medios
El video de los pilotos norteamericanos disparando a inocentes es comparado por los especialistas con la Niña del Napalm, aquella foto de una pequeña que corría desnuda mientras estallaban bombas detrás, en la guerra de Vietnam. En esos años, los periodistas que denunciaban los crímenes del ejército yanqui tenían una vida más o menos común, a pesar de las persecuciones. Hoy, quien expone esas injusticias sin ocultarse, puede ser encarcelado sin un juicio previo ni justo.
Es una guerra contra la libertad de prensa, contra el periodismo y contra la verdad, dijo Rafael Correa al enterarse de la liberación de Assange: “lo apresaron por publicar la verdad sobre crímenes atroces, y los que cometieron esos crímenes están libres y lo atacan a él, el mundo está al revés”.
Assange pasó por encierro, malos tratos, tortura psicológica que lo hizo adelgazar 15 kg. en dos meses y tuvo que incriminarse en uno de los cargos para poder salir de prisión; pero todavía sigue mandando mensajes de lucha.
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La Criptografía es un método de protección de la información mediante el uso de códigos, de modo que solo aquellos a quienes está destinado el mensaje puedan leerla y procesarla.
En la última conferencia que dio Assange para la Argentina desde la embajada ecuatoriana, insistió que este sistema es el único que podía utilizarse para no ser espiado por los servicios de Estados Unidos. “Más del 90% de las fibras y cables por donde pasa la información de América Latina es propiedad de Estados Unidos, por lo tanto es imprescindible independizarse de esa manipulación, y no se puede esperar a tener canales físicos propios, por eso la criptografía es necesaria.”
“Hicimos todo los que hicimos gracias a que nos especializamos en técnicas seguras de comunicación”, insistió el activista australiano. Porque eso fue todo lo que hizo Wikileaks, difundir la verdad sobre los crímenes de los más poderosos, mediante canales de información independientes de las Agencias de Inteligencia hegemónicas, con información chequeada mediante evidencia.
Eso quiere decir que otro mundo es posible, si otra comunicación es posible. Muy distinto al que nos imponen todos los días con miles de noticias falsas desde los medios de comunicación dominantes. Aunque en vez de decir que son mentiras, las llaman posverdad y le dan la siguiente definición académica: dar a conocer una información como verídica sabiendo que es falsa.
A pesar de incriminarse en uno de los cargos, Assange y WikiLeaks siguen vivitos y luchando, y pareciera que es hasta la muerte y un poco más allá, porque el referente dejó un “seguro de vida”, que envió a más de 100 mil de sus seguidores en un archivo encriptado. “Si algo nos pasa, las partes esenciales (de los despachos diplomáticos) se publicarían automáticamente”, dijo al diario The Guardian ya en 2011.
El archivo que cualquier persona puede descargar de internet se llama insurance.aes256, tiene 1,5 gigas y contiene 250.000 documentos completos del Departamento de Estado. Se dice que allí se revelan datos sobre la prisión estadounidense de Guantánamo y documentación secreta del Bank of América, entre otras atrocidades. Los cifrados tienen una clave especial que ni los mejores especialistas podrían hackear, y solo pueden abrirse cuando Assange libere la clave, por ese otro mundo posible desde la red.
Julian Assange es una de las personalidades más influyentes en la política de las últimas décadas. Fue preso, liberado, vuelto a apresar y liberar, es referente de miles de activistas de todo el mundo que repudian las aberraciones del poder concentrado mundial, y así mismo uno de los principales enemigos de las élites globales. Durante este tiempo publicó información sobre crímenes de guerra, ataques de diferentes Estados a poblaciones indefensas, torturas a niños y niñas en distintas partes del mundo, y demás atrocidades del poder mundial; pero no solo por eso es tan perseguido por el Imperialismo estadounidense, sino por diseñar una nueva manera de comunicarse. Su criatura virtual llamada Wikileaks, es un sistema en la red que permite enviar información desde cualquier rincón del globo sin ser rastreada. Imaginá que podés publicar la información que quieras sin riesgo a represalias. Imaginá un mundo donde no puedan saber quién escribe estas líneas, y que tampoco puedan saber quién escribe tus comentarios y tus respuestas a estas líneas. Wikileaks significaría “filtraciones rápidas” (wiki= rápido, en hawaiano) y muchas de las fuentes que aportan información son trabajadores de las mismas agencias de inteligencias, arrepentidos de colaborar con tanto crimen.
A este acontecimiento Assange la tituló Homicidio Colateral, y es solo un ejemplo de las cientos de miles de noticias que demuestran las aberraciones que cometen las élites del poder mundial contra la población indefensa. Al entrar a wikileaks se puede acceder a información chequeada de casos como los cables diplomáticos de las operaciones de las embajadas norteamericanas, la infiltración de distintos agentes de inteligencia en organizaciones políticas para judicializar a sus referentes, y las torturas con un taladro a una niña de 6 años, entre otros crímenes aquí innumerables. Todos estos cientos de miles de casos individuales comprende lo que Assange llama la Guerra Eterna, con lo que el complejo militar armamentista de Estados Unidos lava el dinero de sus ciudadanos. “Estados Unidos no pretende ganar definitivamente ninguna guerra, simplemente necesita guerras permanentemente para financiar su producción de armas y ponerlas en uso para poder producir más, con el dinero de sus contribuyentes”, afirma Assange en uno de tantos documentales que circulan en la red. Edwar Snowden era un empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) que decidió contar que su gobierno estaba vigilando masivamente a la población en general y a muchos líderes como la excanciller alemana Angela Merkel y la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. Snowden dio la cara públicamente y el gobierno de su país comenzó a perseguirlo. En ese momento, Assange expresó “queremos ayudar a la fuente” y luego de pedir asilo a 11 países, consiguió trasladarlo a Rusia donde se le concedió la ciudadanía.
Como lo viene diciendo el Presidente de Cuba, Díaz Canel, uno de los males que acecha a América Latina es la Judicialización de la Política. Lula, Evo, Cristina, Dilma y muchos otros referentes sufrieron golpes de Estado en los que el poder económico articuló al poder mediático y judicial. Para Assange todo empezó con dos falsas denuncias de abuso sexual luego de un viaje a Suecia, por lo que purgó una prisión domiciliaria y luego tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres. Antes de que estas acusaciones fueran abandonadas, el Departamento de Estado (USA) arremetió con una serie de denuncias judiciales con las que pretendía encarcelar a Assange definitivamente. Luego asumió como presidente de Ecuador, Lenin Moreno, quien traicionó a Rafael Correa y habilitó a la policía inglesa a entrar en la embajada. Assange fue detenido en una prisión de máxima seguridad, en donde se le violaron innumerables derechos como acusado sin el debido proceso. En definitiva, E.E.U.U. quiso imponer una suma de cargos por los que pretendía una condena de 175 años de prisión y una extradición a aquel país. Allí sería juzgado en un distrito al este del Estado de Virginia en donde el 85% de la población son empleados de la CIA, el FBI, la NSA o alguna otra agencia de inteligencia, lo que significaba una cadena perpetua con la probabilidad de condena a muerte. En el aspecto legal el caso Assange también es paradigma de que no se podía confiar en el sistema judicial de Estado Unidos, pero tampoco en el de Gran Bretaña, que gastó millones de dólares mensuales para espiarlo. Incluso puso cámaras ocultas en el baño de la embajada y en la sala donde Julian tenía las reuniones con sus abogados. El mensaje era claro, cualquier persona que dijera la verdad de los crímenes que cometía el Imperialismo podía ser encarcelado de por vida. En eso consistía la Doctrina Pompeo, que empezó a aplicar el Secretario de Estado de E.E.U.U.. A partir de entonces todos los medios de comunicación podían ser caracterizados como agencias de inteligencias y condenados. Por esa situación los abogados insistían en que no se podía luchar con las armas de la ley, “esto está en manos del público”, decían, es decir en manos del pueblo, y en diferentes rincones del mundo empezaron las manifestaciones por la Libertad de Assange.
El video de los pilotos norteamericanos disparando a inocentes es comparado por los especialistas con la Niña del Napalm, aquella foto de una pequeña que corría desnuda mientras estallaban bombas detrás, en la guerra de Vietnam. En esos años, los periodistas que denunciaban los crímenes del ejército yanqui tenían una vida más o menos común, a pesar de las persecuciones. Hoy, quien expone esas injusticias sin ocultarse, puede ser encarcelado sin un juicio previo ni justo. Es una guerra contra la libertad de prensa, contra el periodismo y contra la verdad, dijo Rafael Correa al enterarse de la liberación de Assange: “lo apresaron por publicar la verdad sobre crímenes atroces, y los que cometieron esos crímenes están libres y lo atacan a él, el mundo está al revés”. Assange pasó por encierro, malos tratos, tortura psicológica que lo hizo adelgazar 15 kg. en dos meses y tuvo que incriminarse en uno de los cargos para poder salir de prisión; pero todavía sigue mandando mensajes de lucha. f{oaosd{hjaof4áa4aakpoaljj90hh9plkns La Criptografía es un método de protección de la información mediante el uso de códigos, de modo que solo aquellos a quienes está destinado el mensaje puedan leerla y procesarla. En la última conferencia que dio Assange para la Argentina desde la embajada ecuatoriana, insistió que este sistema es el único que podía utilizarse para no ser espiado por los servicios de Estados Unidos. “Más del 90% de las fibras y cables por donde pasa la información de América Latina es propiedad de Estados Unidos, por lo tanto es imprescindible independizarse de esa manipulación, y no se puede esperar a tener canales físicos propios, por eso la criptografía es necesaria.” “Hicimos todo los que hicimos gracias a que nos especializamos en técnicas seguras de comunicación”, insistió el activista australiano. Porque eso fue todo lo que hizo Wikileaks, difundir la verdad sobre los crímenes de los más poderosos, mediante canales de información independientes de las Agencias de Inteligencia hegemónicas, con información chequeada mediante evidencia. Eso quiere decir que otro mundo es posible, si otra comunicación es posible. Muy distinto al que nos imponen todos los días con miles de noticias falsas desde los medios de comunicación dominantes. Aunque en vez de decir que son mentiras, las llaman posverdad y le dan la siguiente definición académica: dar a conocer una información como verídica sabiendo que es falsa. A pesar de incriminarse en uno de los cargos, Assange y WikiLeaks siguen vivitos y luchando, y pareciera que es hasta la muerte y un poco más allá, porque el referente dejó un “seguro de vida”, que envió a más de 100 mil de sus seguidores en un archivo encriptado. “Si algo nos pasa, las partes esenciales (de los despachos diplomáticos) se publicarían automáticamente”, dijo al diario The Guardian ya en 2011. El archivo que cualquier persona puede descargar de internet se llama insurance.aes256, tiene 1,5 gigas y contiene 250.000 documentos completos del Departamento de Estado. Se dice que allí se revelan datos sobre la prisión estadounidense de Guantánamo y documentación secreta del Bank of América, entre otras atrocidades. Los cifrados tienen una clave especial que ni los mejores especialistas podrían hackear, y solo pueden abrirse cuando Assange libere la clave, por ese otro mundo posible desde la red. |
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