Malvinas es una causa nacional y popular
Juan Rey
Entrevista a Guillermo Carmona, Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Nación Argentina.


Guillermo Ramón Carmona nació en Guaymallén, Provincia de Mendoza, el 26 de junio de 1967, es abogado y desde joven milita en las filas del movimiento justicialista. Fue Secretario de Medio Ambiente de la Provincia de Mendoza entre diciembre de 2007 y abril de 2011 e integró el Consejo Federal de Medio Ambiente de la República Argentina (COFEMA) en representación de la Provincia de Mendoza. De 2011 al 2019 fue diputado nacional y presidente del Partido Justicialista de la provincia de Mendoza. Actualmente es Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Nación Argentina, cargo por el cual lo visitamos en la Cancillería Argentina para charlar sobre su mirada y las actividades en el marco del 40 aniversario del inicio del conflicto armado entre nuestro país y Gran Bretaña.

—¿Qué estrategias de negociación nacional usted cree que fueron históricamente las adecuadas para abordar el tema Malvinas e Islas del Atlántico Sur?

—Las estrategias apropiadas en relación a la cuestión Malvinas, de reivindicación de soberanía, son aquellas que buscan darle especial valor al cumplimiento del Derecho Internacional. El Reino Unido viene incumpliendo sistemáticamente las resoluciones de la asamblea General de Naciones Unidas, sus incumplimientos tienen que ver con la negativa a retomar las negociaciones que la asamblea general de Naciones Unidas ha sostenido que deben llevarse adelante y por otro lado tiene que ver con las acciones unilaterales que llevan adelante en materia de militarización del Atlántico Sur, pesca ilegal que autoriza el gobierno británico, las acciones que tienden al aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos en Malvinas. Argentina ha tenido experiencias muy importantes de negociación con el Reino Unido, de diálogo y negociación por el tema de soberanía, esto generalmente se desconoce. Destaco que entre 1965 y 1981, existieron distintas instancias de negociación como aquellas que derivó en el acuerdo de comunicaciones de 1971, que permitió la presencia de empresas estatales argentinas en Malvinas, la presencia de docentes, maestras bilingües en Malvinas, la vinculación a través de líneas aéreas del estado. Así vimos a YPF, a Gas del estado, ENCOTEL, presentes en Malvinas, presente la fuerza aérea en la construcción del aeropuerto, o en Puerto Argentino; la presencia de LADE brindando el servicio aéreo y la presencia de maestras argentinas en una acción muy importante de educación hacia los isleños.

Luego, en el tercer gobierno de Juan Perón, hubo otra instancia de intercambio de propuestas, que llegó a puntos muy avanzados y posteriormente también hasta el año 1981 existieron intercambios que se conocieron como de las negociaciones Ridley-Cavándoli, en definitiva, se registró un enorme avance en el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, consentidas además por el Reino Unido, hasta el año 1981. En 1981, unilateralmente el Reino Unido decide congelar las negociaciones y luego se produce el conflicto bélico, con lo cual se sufre un retraso, una pérdida de terreno en materia diplomática, que buscamos revertir durante el período democrático y que actualmente el gobierno ha retomado con muchísima energía en el marco de la política de estado sobre Malvinas.


—¿Cuál es hoy la posición Argentina en relación al tratamiento de la disputa en los foros internacionales?

—Argentina busca seguir sumando apoyos internacionales a nuestra causa nacional. La causa Malvinas es una causa contra el colonialismo. Malvinas exhibe hoy uno de los casos persistentes de colonialismo de viejo corte, de corte imperial británico, con la presencia de una potencia usurpadora en una parte sustancial de nuestro territorio. Por lo tanto, frente a esa acción colonial, Argentina denuncia esta situación de colonialismo, plantea que esa situación tiene que cesar, que es impropio del siglo XXI que subsistan estas expresiones de colonialismo. Llevamos el tema a distintos foros internacionales, principalmente Naciones Unidas, pero también es un tema permanente en los foros regionales e internacionales donde la argentina participa. Nuestras embajadas por todo el mundo, por instrucciones de la secretaria que está a mi cargo, llevan amplios programas de divulgación de la cuestión Malvinas y también una acción diplomática en favor de seguir sumando apoyos como queda evidenciado en los respaldos que distintos gobiernos y distintos foros internacionales han expresado durante los dos últimos años.

—Cuáles fueron los avances y retrocesos en la gestión del presidente Mauricio Macri en relación a la estrategia ante los organizamos internacionales en cuanto al pedido de soberanía nacional sobre Malvinas e Islas del Atlántico Sur?

—He sostenido una posición muy critica al respecto de la actuación de Macri, de su gobierno, en torno a la cuestión Malvinas. Creo que se realizaban distintas acciones que pusieron en riesgo el posicionamiento argentino, si bien no la han afectado porque ha habido una fuerte reacción del Congreso nacional, yo en ese momento era diputado nacional y fui parte de una acción transversal de legisladores de distintos bloques, incluso oficialistas en ese momento, que nos opusimos por ejemplo a lo que se conoció como el “Acuerdo Foradori Duncan” u otras acciones que pudieron en riesgo la posición de Argentina. Creo que no se produjeron daños en función de que el Congreso, además de la sociedad, reaccionamos oportunamente.

Hoy estamos en una tarea de reparar algunas de esas acciones y creo que es importante tener en cuenta que la Argentina ha retomado con la presencia de Alberto Fernandez el camino de una reivindicación de soberanía y reclamo al Reino Unido en el marco de la política de estado que establece la constitución nacional. La Constitución Nacional establece en la disposición transitoria primera que Malvinas son Argentinas, se ratifica nuestra soberanía en Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes; y además establece que es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, la recuperación del ejercicio efectivo de soberanía sobre esos territorios. Así que hay un mandato constitucional que cumplir, el actual gobierno lo está cumpliendo como política de estado, es decir, convocando a toda la sociedad, a todas las fuerzas políticas en función de que logremos en conjunto ese objetivo.


—¿Por qué cree que Estados Unidos y la OTAN apoyaron con logística y armas a Gran Bretaña en el conflicto? ¿Y cuál es la posición actual de dicho país y de quienes conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte con respecto a nuestra soberanía en las islas?

—El informe Rattembach Es un buen instrumento para analizar cómo fueron aquellas circunstancias. Es importante recordar que la dictadura cívico militar sostuvo una mirada de la posición de Estados Unidos que no se vio reflejada durante el conflicto bélico, en esto es importante señalar que la expectativa de la dictadura de que Estados Unidos iba a cumplir con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca no se concretó y creo en esto que hubo una posición, que el propio informe Rattembach cuestiona duramente respecto de apreciaciones de política exterior, de política militar, absolutamente erradas por parte de la dictadura.
Respecto del apoyo de los países integrantes de la OTAN, debería haber sido esperado y calculado por la dictadura cívico-militar al momento de tomar la decisión de la recuperación de las Islas. Es importante tener en cuenta que la mirada crítica respecto de la política absolutamente herrada de la dictadura cívico miliar, respecto de las circunstancias de la recuperación de Malvinas, no debe confundirse con el debido reconocimiento que tenemos a quienes, sin tomar decisiones respecto esas acciones políticas y militares, participaron en el conflicto cumpliendo con su deber con la patria y que dejaron sus vidas en las Islas o que las pusieron en riesgo por la circunstancia de encontrarse participando en un conflicto bélico.


—¿Cuáles son actividades que el gobierno nacional llevará adelante en el marco de la conmemoración de los 40 años de Malvinas?

—Hemos planteado una agenda para todo el año, no solamente para el 2 de abril, el 10 de junio que son días referenciales como días malvineros. Es una agenda anual, una agenda federal, regional e internacional, involucra a todas las provincias, municipios, involucra nuestras embajadas en el mundo. Es una agenda multidimensional que aborda aspectos de política exterior, aspectos diplomáticos, también las dimensiones culturales, sociales, académicas, y deportivas a las que convoca la cuestión Malvinas como una causa nacional. Es una agenda que pone eje en la divulgación, en la visualización de la cuestión Malvinas como un caso de colonialismo persistente que resulta anacrónico e impropio en el siglo XXI.

—Viniendo de una provincia desde dónde se gestó la liberación de la hermana República de Chile en un suceso histórico fundamental para la emancipación de nuestro continente, ¿qué significa para usted la causa Malvinas?

—La causa Malvinas es una causa nacional, es una causa popular, es una causa que está emparentada directamente con el surgimiento de la Argentina como Estado, tiene que ver con las luchas por la emancipación del colonialismo español. Malvinas fue una dependencia colonial española, allí hubo efectiva presencia española, y desde el momento de la Revolución de Mayo, desde el momento del proceso de independencia, esa Argentina naciente incorporó, creando institucionalidad específica a esa porción de nuestro territorio a la vida nacional. Es muy importante tener en cuenta que las Provincias del Río de la Plata, lo que fue el Virreinato del Río de la Plata y luego las Provincias Unidas del Río de la Plata, no solamente sufrieron dos invasiones como nos enseñaron en la escuela primaria. Generalmente cuando pregunto a estudiantes sobre las invasiones inglesas, me dicen “1806-1807”. En realidad, fueron tres invasiones inglesas, las de 1806 y 1807, en la Cuidad de Buenos Aires, en Montevideo también, y la de 1833 que es la invasión cuyos efectos aun perduran sobre las islas Malvinas. Fue una invasión militar, una invasión violenta, que implicó el retiro de la población argentina que allí se encontraba y el reemplazo por una población de origen británico. Por lo tanto, para mí, la reivindicación de soberanía sobre Malvinas se vincula muy estrechamente con la lucha por la independencia, por la construcción de la una patria justa, libre y soberana, que San Martín y otros próceres latinoamericanos llevaron adelante. Por eso, también podemos decir que la cuestión Malvinas, la causa Malvinas, es una causa que compartimos los argentinos y las argentinas con los pueblos de Latinoamérica y todas las mujeres y hombres que luchan en contra de estos vestigios de colonialismo que hoy resultan absolutamente inaceptables.

 

Guillermo Ramón Carmona nació en Guaymallén, Provincia de Mendoza, el 26 de junio de 1967, es abogado y desde joven milita en las filas del movimiento justicialista. Fue Secretario de Medio Ambiente de la Provincia de Mendoza entre diciembre de 2007 y abril de 2011 e integró el Consejo Federal de Medio Ambiente de la República Argentina (COFEMA) en representación de la Provincia de Mendoza. De 2011 al 2019 fue diputado nacional y presidente del Partido Justicialista de la provincia de Mendoza. Actualmente es Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Nación Argentina, cargo por el cual lo visitamos en la Cancillería Argentina para charlar sobre su mirada y las actividades en el marco del 40 aniversario del inicio del conflicto armado entre nuestro país y Gran Bretaña.

—¿Qué estrategias de negociación nacional usted cree que fueron históricamente las adecuadas para abordar el tema Malvinas e Islas del Atlántico Sur?

—Las estrategias apropiadas en relación a la cuestión Malvinas, de reivindicación de soberanía, son aquellas que buscan darle especial valor al cumplimiento del Derecho Internacional. El Reino Unido viene incumpliendo sistemáticamente las resoluciones de la asamblea General de Naciones Unidas, sus incumplimientos tienen que ver con la negativa a retomar las negociaciones que la asamblea general de Naciones Unidas ha sostenido que deben llevarse adelante y por otro lado tiene que ver con las acciones unilaterales que llevan adelante en materia de militarización del Atlántico Sur, pesca ilegal que autoriza el gobierno británico, las acciones que tienden al aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos en Malvinas. Argentina ha tenido experiencias muy importantes de negociación con el Reino Unido, de diálogo y negociación por el tema de soberanía, esto generalmente se desconoce. Destaco que entre 1965 y 1981, existieron distintas instancias de negociación como aquellas que derivó en el acuerdo de comunicaciones de 1971, que permitió la presencia de empresas estatales argentinas en Malvinas, la presencia de docentes, maestras bilingües en Malvinas, la vinculación a través de líneas aéreas del estado. Así vimos a YPF, a Gas del estado, ENCOTEL, presentes en Malvinas, presente la fuerza aérea en la construcción del aeropuerto, o en Puerto Argentino; la presencia de LADE brindando el servicio aéreo y la presencia de maestras argentinas en una acción muy importante de educación hacia los isleños.

Luego, en el tercer gobierno de Juan Perón, hubo otra instancia de intercambio de propuestas, que llegó a puntos muy avanzados y posteriormente también hasta el año 1981 existieron intercambios que se conocieron como de las negociaciones Ridley-Cavándoli, en definitiva, se registró un enorme avance en el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, consentidas además por el Reino Unido, hasta el año 1981. En 1981, unilateralmente el Reino Unido decide congelar las negociaciones y luego se produce el conflicto bélico, con lo cual se sufre un retraso, una pérdida de terreno en materia diplomática, que buscamos revertir durante el período democrático y que actualmente el gobierno ha retomado con muchísima energía en el marco de la política de estado sobre Malvinas.


—¿Cuál es hoy la posición Argentina en relación al tratamiento de la disputa en los foros internacionales?

—Argentina busca seguir sumando apoyos internacionales a nuestra causa nacional. La causa Malvinas es una causa contra el colonialismo. Malvinas exhibe hoy uno de los casos persistentes de colonialismo de viejo corte, de corte imperial británico, con la presencia de una potencia usurpadora en una parte sustancial de nuestro territorio. Por lo tanto, frente a esa acción colonial, Argentina denuncia esta situación de colonialismo, plantea que esa situación tiene que cesar, que es impropio del siglo XXI que subsistan estas expresiones de colonialismo. Llevamos el tema a distintos foros internacionales, principalmente Naciones Unidas, pero también es un tema permanente en los foros regionales e internacionales donde la argentina participa. Nuestras embajadas por todo el mundo, por instrucciones de la secretaria que está a mi cargo, llevan amplios programas de divulgación de la cuestión Malvinas y también una acción diplomática en favor de seguir sumando apoyos como queda evidenciado en los respaldos que distintos gobiernos y distintos foros internacionales han expresado durante los dos últimos años.

—Cuáles fueron los avances y retrocesos en la gestión del presidente Mauricio Macri en relación a la estrategia ante los organizamos internacionales en cuanto al pedido de soberanía nacional sobre Malvinas e Islas del Atlántico Sur?

—He sostenido una posición muy critica al respecto de la actuación de Macri, de su gobierno, en torno a la cuestión Malvinas. Creo que se realizaban distintas acciones que pusieron en riesgo el posicionamiento argentino, si bien no la han afectado porque ha habido una fuerte reacción del Congreso nacional, yo en ese momento era diputado nacional y fui parte de una acción transversal de legisladores de distintos bloques, incluso oficialistas en ese momento, que nos opusimos por ejemplo a lo que se conoció como el “Acuerdo Foradori Duncan” u otras acciones que pudieron en riesgo la posición de Argentina. Creo que no se produjeron daños en función de que el Congreso, además de la sociedad, reaccionamos oportunamente.

Hoy estamos en una tarea de reparar algunas de esas acciones y creo que es importante tener en cuenta que la Argentina ha retomado con la presencia de Alberto Fernandez el camino de una reivindicación de soberanía y reclamo al Reino Unido en el marco de la política de estado que establece la constitución nacional. La Constitución Nacional establece en la disposición transitoria primera que Malvinas son Argentinas, se ratifica nuestra soberanía en Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes; y además establece que es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, la recuperación del ejercicio efectivo de soberanía sobre esos territorios. Así que hay un mandato constitucional que cumplir, el actual gobierno lo está cumpliendo como política de estado, es decir, convocando a toda la sociedad, a todas las fuerzas políticas en función de que logremos en conjunto ese objetivo.


—¿Por qué cree que Estados Unidos y la OTAN apoyaron con logística y armas a Gran Bretaña en el conflicto? ¿Y cuál es la posición actual de dicho país y de quienes conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte con respecto a nuestra soberanía en las islas?

—El informe Rattembach Es un buen instrumento para analizar cómo fueron aquellas circunstancias. Es importante recordar que la dictadura cívico militar sostuvo una mirada de la posición de Estados Unidos que no se vio reflejada durante el conflicto bélico, en esto es importante señalar que la expectativa de la dictadura de que Estados Unidos iba a cumplir con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca no se concretó y creo en esto que hubo una posición, que el propio informe Rattembach cuestiona duramente respecto de apreciaciones de política exterior, de política militar, absolutamente erradas por parte de la dictadura.
Respecto del apoyo de los países integrantes de la OTAN, debería haber sido esperado y calculado por la dictadura cívico-militar al momento de tomar la decisión de la recuperación de las Islas. Es importante tener en cuenta que la mirada crítica respecto de la política absolutamente herrada de la dictadura cívico miliar, respecto de las circunstancias de la recuperación de Malvinas, no debe confundirse con el debido reconocimiento que tenemos a quienes, sin tomar decisiones respecto esas acciones políticas y militares, participaron en el conflicto cumpliendo con su deber con la patria y que dejaron sus vidas en las Islas o que las pusieron en riesgo por la circunstancia de encontrarse participando en un conflicto bélico.


—¿Cuáles son actividades que el gobierno nacional llevará adelante en el marco de la conmemoración de los 40 años de Malvinas?

—Hemos planteado una agenda para todo el año, no solamente para el 2 de abril, el 10 de junio que son días referenciales como días malvineros. Es una agenda anual, una agenda federal, regional e internacional, involucra a todas las provincias, municipios, involucra nuestras embajadas en el mundo. Es una agenda multidimensional que aborda aspectos de política exterior, aspectos diplomáticos, también las dimensiones culturales, sociales, académicas, y deportivas a las que convoca la cuestión Malvinas como una causa nacional. Es una agenda que pone eje en la divulgación, en la visualización de la cuestión Malvinas como un caso de colonialismo persistente que resulta anacrónico e impropio en el siglo XXI.

—Viniendo de una provincia desde dónde se gestó la liberación de la hermana República de Chile en un suceso histórico fundamental para la emancipación de nuestro continente, ¿qué significa para usted la causa Malvinas?

—La causa Malvinas es una causa nacional, es una causa popular, es una causa que está emparentada directamente con el surgimiento de la Argentina como Estado, tiene que ver con las luchas por la emancipación del colonialismo español. Malvinas fue una dependencia colonial española, allí hubo efectiva presencia española, y desde el momento de la Revolución de Mayo, desde el momento del proceso de independencia, esa Argentina naciente incorporó, creando institucionalidad específica a esa porción de nuestro territorio a la vida nacional. Es muy importante tener en cuenta que las Provincias del Río de la Plata, lo que fue el Virreinato del Río de la Plata y luego las Provincias Unidas del Río de la Plata, no solamente sufrieron dos invasiones como nos enseñaron en la escuela primaria. Generalmente cuando pregunto a estudiantes sobre las invasiones inglesas, me dicen “1806-1807”. En realidad, fueron tres invasiones inglesas, las de 1806 y 1807, en la Cuidad de Buenos Aires, en Montevideo también, y la de 1833 que es la invasión cuyos efectos aun perduran sobre las islas Malvinas. Fue una invasión militar, una invasión violenta, que implicó el retiro de la población argentina que allí se encontraba y el reemplazo por una población de origen británico. Por lo tanto, para mí, la reivindicación de soberanía sobre Malvinas se vincula muy estrechamente con la lucha por la independencia, por la construcción de la una patria justa, libre y soberana, que San Martín y otros próceres latinoamericanos llevaron adelante. Por eso, también podemos decir que la cuestión Malvinas, la causa Malvinas, es una causa que compartimos los argentinos y las argentinas con los pueblos de Latinoamérica y todas las mujeres y hombres que luchan en contra de estos vestigios de colonialismo que hoy resultan absolutamente inaceptables.

 


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