El cambio climático está aquí, ya están sus consecuencias, transformando el término “refugiado climático”, su idea de término nuevo ha fenecido, ya es un fenómeno actual, que va in crescendo. Sumado a esto presenciamos el creciente protagonismo de las juventudes, los dueños del planeta, aquellos que lo recibirán con consecuencias que no han generado y que prácticamente nacieron con la misión y conceptos claros, sin ambivalencias: ellos saben que ésta es la casa de todos… nuestros jóvenes también son esperanza, la esperanza de los conscientes… de los que están despertando en medio de una crisis mundial nunca antes vista.
La pandemia y el aislamiento también generaron un boom en la utilización de las herramientas de comunicación digitales, ya que conferencias, reuniones y charlas debían realizarse de alguna forma. Se hizo necesario adaptarse y con esto aparecen nuevas competencias en el uso de las TICs, más espontáneas y también veloces. Redes para comunicación e información, que muchas veces contrastan con las clásicas y establecidas formas de información, abriendo espacios que en ocasiones permiten salir de las interacciones que acostumbrábamos.
Los científicos saben que el cambio climático (producto del ser humano) ya está presente y se manifiesta violenta y velozmente: eventos climáticos extremos, no son casualidad, no son causa aislada de la naturaleza sino una reacción de la misma, ya estamos en la etapa donde se habla de “mitigación de los efectos del calentamiento global”, más qué de prevención (término usado en épocas anteriores) la situación está encima de nosotros. Los analistas se ven obligados a ir más allá teniendo que explicar fenómenos sociales, políticos y económicos que, no por casualidad, se tornan en “confusos”, sino por intencionalidad… interés…muchos intereses, explican que las consecuencias presentes el calentamiento global van a afectar a los sectores más vulnerables, que es necesario encontrar soluciones globales y que estas temáticas son también parte de la cuestión ambiental.
“Sin Justicia Ambiental… no hay Justicia Social, ni de ningún tipo” pero… ¿Hay esperanzas?
Hoy daremos un ejemplo de creatividad, de herramientas de cambio, de generación de conciencia y empoderamiento.
Porque es hora que cada uno de los ciudadanos nos pongamos los botines y salgamos a jugar a la cancha… ya no confiamos en los directores técnicos y hasta sospechamos que existe la posibilidad de que nuestras propias acciones coordinadas traigan mejores resultados... ya no se puede ni pensar ni actuar en soledad, desde el individualismo, sin un nosotros como sociedad, como comunidad, como humanidad, simplemente no funciona para este animal que es el humano, animal con particularidades… y una de ellas es (¿o fue?...tal vez…) ser el integrante más dañino.
Con un enfoque federal vamos a presentar un proyecto que tiene como combustible (energías limpias) a un equipo virtual que trabaja en forma conjunta: desde San Luis, Córdoba y Buenos Aires con puntos de encuentro digitales para crear y lograr un espacio de formación y capacitación. Un ejemplo de búsqueda de solución resolutiva, pero no fácil, creativa y optimista…
Hoy hablaremos con Agustina que lidera un proyecto llamado “La Cumbre” a partir del cual, desde una pequeña organización entre amigos generaron un espacio de conocimiento, diálogo, creación, cooperación y contagio.
— Hola Agus, queremos conocerte y saber cómo se gestó la idea de este espacio virtual.
— Hola! Soy Agustina Roich, tengo 26 años, soy la fundadora de La Cumbre. Si bien la que aparece en redes sociales soy yo, por ser la comunicadora social del grupo, somos un pequeño equipo permanente pequeño de tres personas. Junto con mis dos compañeros estamos encarando este proyecto y a la par trabajamos con cinco profesores de Puerto Rico y Argentina, con el fin de generar un espacio de encuentro, donde esas personas que poseen los conocimientos confluyan con otras que quieren poseerlos y desean también, generar ese cambio de paradigma, que necesitamos tanto, en lo cotidiano y en su profesión.
— Sos la cara visible del equipo pero… ¿Quiénes son los integrantes? ¿Quiénes se encuentran detrás de la escena?
— Esteban es abogado y vive en Córdoba, Valeria estudió administración de empresas y actualmente vive en Buenos Aires y yo Agustina soy licenciada en comunicación social en la facultad de Córdoba y actualmente me encuentro viviendo en San Luis.
— En un ámbito más íntimo y a nivel personal ¿podrías contarnos cómo apareció esta semillita que luego se convirtió en árbol?
— Surgió desde la facultad, tuve mucho acercamiento a la temática de cambio climático. Esto, en un primer momento, me llevó a enojarme y a angustiarme, me costaba asimilar toda la situación, me resultó realmente apabullante: sentía que nada de lo que pudiera hacer sería suficiente. Luego, pasado el tiempo, comprendí que no es posible que alguien venga a salvarnos, una especie de héroe o heroína, sino que este debe ser un trabajo colaborativo, coordinado, cada quien desde su lugar en el mundo. Logré entonces amigarme con la idea de que no es factible salir de esta crisis socioambiental en forma solitaria, sino que el problema es de todos y de cada uno de nosotros. Fue entonces que me di cuenta que cada persona, desde su rol, desde su área de trabajo, desde su profesión, tiene maneras para influir y para transformarse en parte de la solución.
— ¿Cómo fue la génesis de este proyecto?
— La Cumbre es un proyecto que se vino gestando durante todo 2020, pero recién este año, más precisamente el 26 de enero de este año, nos dimos a conocer en redes sociales. Esta fecha no fue inocente, ya que la elegimos porque ese mismo día se celebra el Día de la Educación Ambiental como una herramienta fundamental para crear conciencia y agentes de cambio.
— ¿Por qué entienden que el proyecto debe basarse en la educación?
— Creemos que la educación en general y la ambiental en particular son herramientas fundamentales para transformar nuestras sociedades y adaptarnos y aggiornarnos en relación a lo que se viene y de esta manera estar a la altura de las circunstancias en cuanto a la crisis climática y a los eventos meteorólogos climáticos cada vez más extremos que se están dando con cada vez mayor frecuencia en el contexto del aumento de la temperatura y de las modificaciones climáticas.
Nos parece necesario brindar esta herramienta, que es vehículo indispensable para el cambio de paradigma que necesitamos. Necesitamos profesionales preparados, personas capacitadas y que nuestras sociedades cuenten con la información necesaria para accionar frente a estas problemáticas.
— Entonces, la herramienta es la educación ¿Cuál es la idea eje del proyecto?
— A grandes rasgos: el objetivo principal de La Cumbre es demostrar que desde cualquier profesión, área de trabajo u oficio, se puede aportar a la solución y se puede ser "ambientalmente responsable”. La premisa es hacer ver que no es necesario que hayamos estudiado una carrera universitaria directamente relacionada a lo ambiental, sino que cualquier profesional, con las herramientas teóricas y prácticas necesarias, puede adaptar su labor a la protección del planeta. Por ejemplo, un profesional de la arquitectura, de la medicina, del periodismo, así como también un chef, un comerciante, un ama de casa, etc., todos podemos adoptar a estas actividades el enfoque ambiental.
— ¿Cómo se relaciona "La Cumbre " con las herramientas digitales?
— Actualmente nos pueden encontrar en varias redes sociales y, a través de estas mismas plataformas, brindamos información, herramientas educativas, es decir, contenido totalmente gratuito. Próximamente estaremos lanzando nuestro campus virtual donde ofreceremos nuestros primeros cursos virtuales y donde también abriremos un espacio de biblioteca gratuita, para que las personas interesadas en profundizar en diferentes temáticas ambientales puedan hacerlo de manera libre y sin costo.
— ¿Cómo logran discriminar el contenido que aportan a cada red social y en cuales están operando?
— Estamos en Instagram, TikTok y Linkedin. Vamos adaptando el contenido a cada una de ellas, ya que cada una tiene diferentes características y particularidades. En el caso de Instagram, tenemos un público que interactúa mucho con nosotros, que suele estar al tanto de muchas de las problemáticas ambientales ya que suele tratarse de personas que ya viene abordando estos temas, y ya están interesados en estas cuestiones, entonces es un público que busca hilar fino en diferentes temas.
— ¿Podrías ejemplificarme algunas temáticas tocadas especialmente en esta red social?
— En Instagram, contamos con un espacio de conversaciones que denominamos Ciclo de charlas y cafecitos con especialistas en diversas áreas, que consiste en Instagram Live a través de los cuales invitamos a un experto en alguna materia y lo entrevistamos para profundizar sobre alguna temática ambiental en específico. Algunas de las últimas conversaciones que llevamos adelante giraron en torno a temáticas como la salmonicultura, desertificación, el rol del idioma inglés en la crisis climática así como la publicidad y el conocido “marketing verde”.
—¿Cómo se llevan con las demás redes sociales y en especial con las nuevas?
—La comunidad de Tiktok es más variada que la de Instagram: muchas veces me encuentro con personas que me escriben diciéndome “gracias por hablar de este tema, no tenía idea de que estaba pasando esto en el planeta”.
Entonces, se empiezan a dar esos debates que son un poco más generales y que sirven de disparador para poner estas cuestiones sobre la mesa a través de videos sumamente cortos, ya que la dinámica de TikTok es sumamente volátil y es importante transmitir un mensaje claro pero a la vez que enganche, porque si no lo más probable es que te scrolleen (pasen de largo ese video) y a otra cosa. Por esto, el impacto de los primeros segundos es fundamental. En esta red tenemos muy en cuenta estas características, por eso a la hora de generar contenidos, suelo comenzar con una frase que impacte, que abra al debate o que genere curiosidad.
—Comprendo que todo este trabajo tiempo y creatividad debe ser muy desgastante. Antiguamente estas actividades eran tomadas como un hobby, hoy ante la realidad apremiante del cambio climático y todas las necesidades de adaptación que surgen en la sociedad, toma mayor seriedad, ¡qué bueno sería ayudar a la sociedad a concientizarse y mitigar los efectos del cambio climático!, pero a la vez para que sea posible volcarse totalmente a esta actividad. ¿Ustedes han pensado alguna manera de transformar esta militancia en un medio de vida o un trabajo a mediano o largo plazo?
— En este sentido, todo el contenido que estamos generando en nuestras redes sociales forman parte del proyecto que, como núcleo principal, se trata de Campus Virtual que estamos por inaugurar en septiembre de este año. Estaremos lanzando el primer curso a mediados de septiembre, luego dos más, para noviembre un cuarto y esperamos cerrar el año con seis, con miras a continuar ampliando la oferta académica durante el próximo año (2022).
La idea es, a mediano o largo plazo, brindar un abanico de propuestas académicas para que cualquier persona que tenga ganas de formarse, llegue a La Cumbre y encuentre las herramientas teóricas y prácticas, los cursos, los talleres y la capacitación necesaria para adaptar su profesión o trabajo al cuidado y la protección del ambiente. Una vez finalizada la capacitación, la persona contará con una certificación que podrá incorporar a su currículum.
— ¿Cómo tienen proyectada la manera de trabajar o cuál es la metodología y/o filosofía de base de este campo de estudios?
— Próximamente estaremos lanzando varios cursos, el primero está pensado no para una profesión en específico sino para toda aquella persona que quiere volcarse a un estilo de vida más sustentable pero no sabe por dónde empezar, no tiene ni el tiempo ni la información para hacerlo. Este curso teórico-práctico se trata de una Guía Práctica que estamos trabajando en conjunto con una profesional de la educación y quien será la docente del mismo, Keyla Rivera, oriunda de Puerto Rico.
En este sentido, La Cumbre busca traspasar fronteras y considerar a las problemáticas ambientales como problemáticas regionales y no de un solo país o zona aislada. Estas problemáticas nos atraviesan a nivel regional y justamente con países hermanos podemos colaborar y coordinar acciones para hacerle frente a la crisis climática.
— ¿Podrías contarnos como están dando los avances iniciales?
— Como te comentaba, el primer curso de La Cumbre, “Una Guía Práctica para convertirte en un habitante responsable del planeta”, es una propuesta teórico-práctica súper dinámica a través de la cual buscamos acercar contenidos, tips, información e ideas sencillas de implementar para que aquellas personas que quieren volverse más responsables con el ambiente y no saben por dónde empezar, cuenten con todas las herramientas para hacerlo.
También estaremos lanzando cursos sobre Economía Circular y Arquitectura sostenible.
— He tenido el gusto de entrar a las distintas plataformas y ver las variadas herramientas gratuitas que ustedes aportan a la sociedad ¿podrías describirme algunas?
—En el Campus, también vamos a contar con una biblioteca gratuita, para que las personas puedan adquirir herramientas, tanto teóricas como prácticas, para abordar temas ambientales. Habrá algunas genéricas y otras más bien específicas de un área en particular, pero todo aquel que quiera acceder y descargarlas para uso propio, podrá hacerlo.
—¿De qué manera tienen pensado comunicar esta información que es tan amplia multidisciplinaria a veces tan negativa y compleja?
— Desde La Cumbre, siempre apuntamos a crear contenidos, informar y educar desde un lugar positivo, intentando evitar enfocar la atención en escenarios catastróficos, aunque sí es cierto que a veces es necesario por la urgencia de la situación, pero siempre buscamos apuntar a las soluciones, a lo que sí podemos hacer. Es decir, brindando herramientas y alternativas, y sobre todo llevando el mensaje que todavía estamos a tiempo de revertir muchas cosas, que hay mucho para hacer. Lo importante es hacerle ver a la gente que, muchas veces, esto no necesariamente significa renunciar al bienestar, pero sí repensar nuestras formas de actuar, nuestros modelos de producción, nuestros hábitos de consumo y nuestras maneras de relacionarnos con el entorno. En definitiva, la crisis ambiental y el cambio climático nos atraviesa e impacta a todos de algún modo.
— Cuando se habla de lo ambiental, erróneamente, muchas veces, se entiende que sólo se trata de un aspecto biológico, ¿cómo piensan ustedes comunicar las distintas aristas del tema?
— Creemos que lo ambiental no debe ser considerado como suele hacerse en la prensa escrita: una sección en la que se analiza solamente la naturaleza, sino que tiene que ser considerado en todos los ámbitos en que seamos participes, ya que influye en lo mental, atraviesa lo económico lo productivo, lo social, lo político. Es fundamental hacer este cambio de chip y empezar a percibir esta realidad en donde lo ambiental no nos es ajeno y no es algo tampoco que se circunscriba a la naturaleza, al bosque lejano, al Amazonas, sino que se trata de un factor que nos afecta y nos involucra. Nuestra casa común.
— Muchas personas consideran que existen profesiones que no tienen ninguna conexión con lo ambiental ¿podrías darnos un ejemplo de la vinculación existente?
— Veamos un ejemplo: la arquitectura. En apariencia, esta profesión no tiene relación con lo ambiental, pero hoy en día ya hay una corriente de esta disciplina, llamada Arquitectura Sustentable, que apunta a considerar el tipo de materias primas utilizadas en el proceso de construcción, así como sus etapas de planificación, construcción y posterior demolición como parte integral de un proceso que apunta a ser lo más responsable y eficiente con el ambiente posible.
Esta es la invitación que queremos hacer a cada profesional, no importa en qué área se desenvuelva: que cada uno comience a observar las posibilidades que existen a su alrededor, las oportunidades de cambio, las mejoras que se pueden hacer desde su área de trabajo y el potencial que su propia especialidad puede brindar para ser parte de la solución.
Otro ejemplo que me toca muy de cerca es el de la comunicación. Debemos contar con comunicadores y periodistas que aborden estas temáticas, que se especialicen en ambiente y en cambio climático. De esta manera, podremos brindar información de calidad, relacionada entre sí, y no hechos aislados que no están conectados con sus causas.
Entonces, como comunicadores y como periodistas es fundamental que estemos preparados y capacitados para presentar esta crisis como un todo, para poder presentar sus componentes de manera entrelazada y de esta manera demostrar que lo ambiental impacta en las cuestiones biológicas así como en las sociales, políticas, económicas, culturales, de salud pública, de derechos humanos, de justicia social, etc.
— Como equipo ¿qué es lo que más les apasiona de este campo?
— Me sorprende, me mueve y me inspira a seguir adelante el hecho de que no solamente un profesional, como por ejemplo puede ser un ingeniero ambiental o científico, pueda involucrarse en cuestiones de cambio climático. Sea quien sea puede aportar, desde su lugar, porque todos tenemos un rol en esta situación. Creo que lo más desafiante es el necesario enfoque transdisciplinario del asunto y el ser transversal a todas las aristas de nuestras sociedades
— Gracias Agustina y equipo por permitirnos conocer todas estas lindas ideas y soluciones para mejora de todos!!!
La pandemia y el aislamiento también generaron un boom en la utilización de las herramientas de comunicación digitales, ya que conferencias, reuniones y charlas debían realizarse de alguna forma. Se hizo necesario adaptarse y con esto aparecen nuevas competencias en el uso de las TICs, más espontáneas y también veloces. Redes para comunicación e información, que muchas veces contrastan con las clásicas y establecidas formas de información, abriendo espacios que en ocasiones permiten salir de las interacciones que acostumbrábamos. Los científicos saben que el cambio climático (producto del ser humano) ya está presente y se manifiesta violenta y velozmente: eventos climáticos extremos, no son casualidad, no son causa aislada de la naturaleza sino una reacción de la misma, ya estamos en la etapa donde se habla de “mitigación de los efectos del calentamiento global”, más qué de prevención (término usado en épocas anteriores) la situación está encima de nosotros. Los analistas se ven obligados a ir más allá teniendo que explicar fenómenos sociales, políticos y económicos que, no por casualidad, se tornan en “confusos”, sino por intencionalidad… interés…muchos intereses, explican que las consecuencias presentes el calentamiento global van a afectar a los sectores más vulnerables, que es necesario encontrar soluciones globales y que estas temáticas son también parte de la cuestión ambiental. “Sin Justicia Ambiental… no hay Justicia Social, ni de ningún tipo” pero… ¿Hay esperanzas? Hoy daremos un ejemplo de creatividad, de herramientas de cambio, de generación de conciencia y empoderamiento. Porque es hora que cada uno de los ciudadanos nos pongamos los botines y salgamos a jugar a la cancha… ya no confiamos en los directores técnicos y hasta sospechamos que existe la posibilidad de que nuestras propias acciones coordinadas traigan mejores resultados... ya no se puede ni pensar ni actuar en soledad, desde el individualismo, sin un nosotros como sociedad, como comunidad, como humanidad, simplemente no funciona para este animal que es el humano, animal con particularidades… y una de ellas es (¿o fue?...tal vez…) ser el integrante más dañino. Con un enfoque federal vamos a presentar un proyecto que tiene como combustible (energías limpias) a un equipo virtual que trabaja en forma conjunta: desde San Luis, Córdoba y Buenos Aires con puntos de encuentro digitales para crear y lograr un espacio de formación y capacitación. Un ejemplo de búsqueda de solución resolutiva, pero no fácil, creativa y optimista… Hoy hablaremos con Agustina que lidera un proyecto llamado “La Cumbre” a partir del cual, desde una pequeña organización entre amigos generaron un espacio de conocimiento, diálogo, creación, cooperación y contagio.
— Hola Agus, queremos conocerte y saber cómo se gestó la idea de este espacio virtual. — Hola! Soy Agustina Roich, tengo 26 años, soy la fundadora de La Cumbre. Si bien la que aparece en redes sociales soy yo, por ser la comunicadora social del grupo, somos un pequeño equipo permanente pequeño de tres personas. Junto con mis dos compañeros estamos encarando este proyecto y a la par trabajamos con cinco profesores de Puerto Rico y Argentina, con el fin de generar un espacio de encuentro, donde esas personas que poseen los conocimientos confluyan con otras que quieren poseerlos y desean también, generar ese cambio de paradigma, que necesitamos tanto, en lo cotidiano y en su profesión.
— Sos la cara visible del equipo pero… ¿Quiénes son los integrantes? ¿Quiénes se encuentran detrás de la escena? — Esteban es abogado y vive en Córdoba, Valeria estudió administración de empresas y actualmente vive en Buenos Aires y yo Agustina soy licenciada en comunicación social en la facultad de Córdoba y actualmente me encuentro viviendo en San Luis.
— Surgió desde la facultad, tuve mucho acercamiento a la temática de cambio climático. Esto, en un primer momento, me llevó a enojarme y a angustiarme, me costaba asimilar toda la situación, me resultó realmente apabullante: sentía que nada de lo que pudiera hacer sería suficiente. Luego, pasado el tiempo, comprendí que no es posible que alguien venga a salvarnos, una especie de héroe o heroína, sino que este debe ser un trabajo colaborativo, coordinado, cada quien desde su lugar en el mundo. Logré entonces amigarme con la idea de que no es factible salir de esta crisis socioambiental en forma solitaria, sino que el problema es de todos y de cada uno de nosotros. Fue entonces que me di cuenta que cada persona, desde su rol, desde su área de trabajo, desde su profesión, tiene maneras para influir y para transformarse en parte de la solución.
— ¿Cómo fue la génesis de este proyecto? — La Cumbre es un proyecto que se vino gestando durante todo 2020, pero recién este año, más precisamente el 26 de enero de este año, nos dimos a conocer en redes sociales. Esta fecha no fue inocente, ya que la elegimos porque ese mismo día se celebra el Día de la Educación Ambiental como una herramienta fundamental para crear conciencia y agentes de cambio.
— ¿Por qué entienden que el proyecto debe basarse en la educación? — Creemos que la educación en general y la ambiental en particular son herramientas fundamentales para transformar nuestras sociedades y adaptarnos y aggiornarnos en relación a lo que se viene y de esta manera estar a la altura de las circunstancias en cuanto a la crisis climática y a los eventos meteorólogos climáticos cada vez más extremos que se están dando con cada vez mayor frecuencia en el contexto del aumento de la temperatura y de las modificaciones climáticas. Nos parece necesario brindar esta herramienta, que es vehículo indispensable para el cambio de paradigma que necesitamos. Necesitamos profesionales preparados, personas capacitadas y que nuestras sociedades cuenten con la información necesaria para accionar frente a estas problemáticas.
— Entonces, la herramienta es la educación ¿Cuál es la idea eje del proyecto? — A grandes rasgos: el objetivo principal de La Cumbre es demostrar que desde cualquier profesión, área de trabajo u oficio, se puede aportar a la solución y se puede ser "ambientalmente responsable”. La premisa es hacer ver que no es necesario que hayamos estudiado una carrera universitaria directamente relacionada a lo ambiental, sino que cualquier profesional, con las herramientas teóricas y prácticas necesarias, puede adaptar su labor a la protección del planeta. Por ejemplo, un profesional de la arquitectura, de la medicina, del periodismo, así como también un chef, un comerciante, un ama de casa, etc., todos podemos adoptar a estas actividades el enfoque ambiental.
— ¿Cómo se relaciona "La Cumbre " con las herramientas digitales? — Actualmente nos pueden encontrar en varias redes sociales y, a través de estas mismas plataformas, brindamos información, herramientas educativas, es decir, contenido totalmente gratuito. Próximamente estaremos lanzando nuestro campus virtual donde ofreceremos nuestros primeros cursos virtuales y donde también abriremos un espacio de biblioteca gratuita, para que las personas interesadas en profundizar en diferentes temáticas ambientales puedan hacerlo de manera libre y sin costo.
— ¿Cómo logran discriminar el contenido que aportan a cada red social y en cuales están operando? — Estamos en Instagram, TikTok y Linkedin. Vamos adaptando el contenido a cada una de ellas, ya que cada una tiene diferentes características y particularidades. En el caso de Instagram, tenemos un público que interactúa mucho con nosotros, que suele estar al tanto de muchas de las problemáticas ambientales ya que suele tratarse de personas que ya viene abordando estos temas, y ya están interesados en estas cuestiones, entonces es un público que busca hilar fino en diferentes temas.
— ¿Podrías ejemplificarme algunas temáticas tocadas especialmente en esta red social? — En Instagram, contamos con un espacio de conversaciones que denominamos Ciclo de charlas y cafecitos con especialistas en diversas áreas, que consiste en Instagram Live a través de los cuales invitamos a un experto en alguna materia y lo entrevistamos para profundizar sobre alguna temática ambiental en específico. Algunas de las últimas conversaciones que llevamos adelante giraron en torno a temáticas como la salmonicultura, desertificación, el rol del idioma inglés en la crisis climática así como la publicidad y el conocido “marketing verde”.
—¿Cómo se llevan con las demás redes sociales y en especial con las nuevas? —La comunidad de Tiktok es más variada que la de Instagram: muchas veces me encuentro con personas que me escriben diciéndome “gracias por hablar de este tema, no tenía idea de que estaba pasando esto en el planeta”. Entonces, se empiezan a dar esos debates que son un poco más generales y que sirven de disparador para poner estas cuestiones sobre la mesa a través de videos sumamente cortos, ya que la dinámica de TikTok es sumamente volátil y es importante transmitir un mensaje claro pero a la vez que enganche, porque si no lo más probable es que te scrolleen (pasen de largo ese video) y a otra cosa. Por esto, el impacto de los primeros segundos es fundamental. En esta red tenemos muy en cuenta estas características, por eso a la hora de generar contenidos, suelo comenzar con una frase que impacte, que abra al debate o que genere curiosidad.
—Comprendo que todo este trabajo tiempo y creatividad debe ser muy desgastante. Antiguamente estas actividades eran tomadas como un hobby, hoy ante la realidad apremiante del cambio climático y todas las necesidades de adaptación que surgen en la sociedad, toma mayor seriedad, ¡qué bueno sería ayudar a la sociedad a concientizarse y mitigar los efectos del cambio climático!, pero a la vez para que sea posible volcarse totalmente a esta actividad. ¿Ustedes han pensado alguna manera de transformar esta militancia en un medio de vida o un trabajo a mediano o largo plazo? — En este sentido, todo el contenido que estamos generando en nuestras redes sociales forman parte del proyecto que, como núcleo principal, se trata de Campus Virtual que estamos por inaugurar en septiembre de este año. Estaremos lanzando el primer curso a mediados de septiembre, luego dos más, para noviembre un cuarto y esperamos cerrar el año con seis, con miras a continuar ampliando la oferta académica durante el próximo año (2022). La idea es, a mediano o largo plazo, brindar un abanico de propuestas académicas para que cualquier persona que tenga ganas de formarse, llegue a La Cumbre y encuentre las herramientas teóricas y prácticas, los cursos, los talleres y la capacitación necesaria para adaptar su profesión o trabajo al cuidado y la protección del ambiente. Una vez finalizada la capacitación, la persona contará con una certificación que podrá incorporar a su currículum.
— ¿Cómo tienen proyectada la manera de trabajar o cuál es la metodología y/o filosofía de base de este campo de estudios? — Próximamente estaremos lanzando varios cursos, el primero está pensado no para una profesión en específico sino para toda aquella persona que quiere volcarse a un estilo de vida más sustentable pero no sabe por dónde empezar, no tiene ni el tiempo ni la información para hacerlo. Este curso teórico-práctico se trata de una Guía Práctica que estamos trabajando en conjunto con una profesional de la educación y quien será la docente del mismo, Keyla Rivera, oriunda de Puerto Rico. En este sentido, La Cumbre busca traspasar fronteras y considerar a las problemáticas ambientales como problemáticas regionales y no de un solo país o zona aislada. Estas problemáticas nos atraviesan a nivel regional y justamente con países hermanos podemos colaborar y coordinar acciones para hacerle frente a la crisis climática. — ¿Podrías contarnos como están dando los avances iniciales? — Como te comentaba, el primer curso de La Cumbre, “Una Guía Práctica para convertirte en un habitante responsable del planeta”, es una propuesta teórico-práctica súper dinámica a través de la cual buscamos acercar contenidos, tips, información e ideas sencillas de implementar para que aquellas personas que quieren volverse más responsables con el ambiente y no saben por dónde empezar, cuenten con todas las herramientas para hacerlo. También estaremos lanzando cursos sobre Economía Circular y Arquitectura sostenible.
— He tenido el gusto de entrar a las distintas plataformas y ver las variadas herramientas gratuitas que ustedes aportan a la sociedad ¿podrías describirme algunas? —En el Campus, también vamos a contar con una biblioteca gratuita, para que las personas puedan adquirir herramientas, tanto teóricas como prácticas, para abordar temas ambientales. Habrá algunas genéricas y otras más bien específicas de un área en particular, pero todo aquel que quiera acceder y descargarlas para uso propio, podrá hacerlo.
—¿De qué manera tienen pensado comunicar esta información que es tan amplia multidisciplinaria a veces tan negativa y compleja? — Desde La Cumbre, siempre apuntamos a crear contenidos, informar y educar desde un lugar positivo, intentando evitar enfocar la atención en escenarios catastróficos, aunque sí es cierto que a veces es necesario por la urgencia de la situación, pero siempre buscamos apuntar a las soluciones, a lo que sí podemos hacer. Es decir, brindando herramientas y alternativas, y sobre todo llevando el mensaje que todavía estamos a tiempo de revertir muchas cosas, que hay mucho para hacer. Lo importante es hacerle ver a la gente que, muchas veces, esto no necesariamente significa renunciar al bienestar, pero sí repensar nuestras formas de actuar, nuestros modelos de producción, nuestros hábitos de consumo y nuestras maneras de relacionarnos con el entorno. En definitiva, la crisis ambiental y el cambio climático nos atraviesa e impacta a todos de algún modo.
— Cuando se habla de lo ambiental, erróneamente, muchas veces, se entiende que sólo se trata de un aspecto biológico, ¿cómo piensan ustedes comunicar las distintas aristas del tema? — Creemos que lo ambiental no debe ser considerado como suele hacerse en la prensa escrita: una sección en la que se analiza solamente la naturaleza, sino que tiene que ser considerado en todos los ámbitos en que seamos participes, ya que influye en lo mental, atraviesa lo económico lo productivo, lo social, lo político. Es fundamental hacer este cambio de chip y empezar a percibir esta realidad en donde lo ambiental no nos es ajeno y no es algo tampoco que se circunscriba a la naturaleza, al bosque lejano, al Amazonas, sino que se trata de un factor que nos afecta y nos involucra. Nuestra casa común.
— Muchas personas consideran que existen profesiones que no tienen ninguna conexión con lo ambiental ¿podrías darnos un ejemplo de la vinculación existente? — Veamos un ejemplo: la arquitectura. En apariencia, esta profesión no tiene relación con lo ambiental, pero hoy en día ya hay una corriente de esta disciplina, llamada Arquitectura Sustentable, que apunta a considerar el tipo de materias primas utilizadas en el proceso de construcción, así como sus etapas de planificación, construcción y posterior demolición como parte integral de un proceso que apunta a ser lo más responsable y eficiente con el ambiente posible. Esta es la invitación que queremos hacer a cada profesional, no importa en qué área se desenvuelva: que cada uno comience a observar las posibilidades que existen a su alrededor, las oportunidades de cambio, las mejoras que se pueden hacer desde su área de trabajo y el potencial que su propia especialidad puede brindar para ser parte de la solución. Otro ejemplo que me toca muy de cerca es el de la comunicación. Debemos contar con comunicadores y periodistas que aborden estas temáticas, que se especialicen en ambiente y en cambio climático. De esta manera, podremos brindar información de calidad, relacionada entre sí, y no hechos aislados que no están conectados con sus causas. Entonces, como comunicadores y como periodistas es fundamental que estemos preparados y capacitados para presentar esta crisis como un todo, para poder presentar sus componentes de manera entrelazada y de esta manera demostrar que lo ambiental impacta en las cuestiones biológicas así como en las sociales, políticas, económicas, culturales, de salud pública, de derechos humanos, de justicia social, etc.
— Como equipo ¿qué es lo que más les apasiona de este campo? — Me sorprende, me mueve y me inspira a seguir adelante el hecho de que no solamente un profesional, como por ejemplo puede ser un ingeniero ambiental o científico, pueda involucrarse en cuestiones de cambio climático. Sea quien sea puede aportar, desde su lugar, porque todos tenemos un rol en esta situación. Creo que lo más desafiante es el necesario enfoque transdisciplinario del asunto y el ser transversal a todas las aristas de nuestras sociedades
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