Sugerencia para un programa y debate
Jaime Fuchs
Cómo se impide que las transnacionales continúen ocultando sus ganancias, trasladen a los precios la carga impositiva, o disminuyan su actividad con despidos, tercerización, etc?



Sugerencia para un programa y debate


En el desarrollo de la actual crisis, a diferencia de otras épocas, es posible observar el entrelazamiento de vínculos estrechos entre la economía, la política, la cultura, la educación, la salud, la soberanía nacional y los derechos humanos

En un país como Argentina, privilegiado por la riqueza y abundancia de recursos naturales, con una población muy reducida en relación a otras naciones se observan fenómenos muy preocupantes: Han descendido notablemente los principales índices económicos y las clases dominantes han descargado como nunca todo el peso de la crisis sobre el pueblo trabajador y amplias capas medias, cuyo descenso es notable.

Los índices más preocupantes son la desnutrición infantil en ascenso, el hambre y la pobreza que llega a cifras alarmantes, en medio de orgía de especulación del capital financiero con un enriquecimiento sin límites. Sin el propósito de analizar y precisar en detalle las causas de esos graves problemas estructurales, que están sucediendo en medio de la resistencia y grandes luchas populares, nos permitimos remarcar lo siguiente:

Los grandes medios y la utilización de avanzada tecnología funcionan las 24 horas del días para ocultar, simplificar o disfrazar la realidad, social, y sembrar la confusión.

Omiten burdamente hablar del modo de producción imperante, con sus relaciones sociales y con astucia predican que nos olvidemos que estamos viviendo en un país capitalista, más de ciento cincuenta años, con una democracia que gira en la órbita del imperialismo de turno. Con un sistema democrático burgués, privado de los principales atributos de soberanía y determinación política, en medio de un renacimiento peligroso del neofascismo en el continente que nuevamente ha entrado en lucha de masas activa.

La llegada de un nuevo gobierno con un amplio voto popular de repudio a las políticas neoliberales que avanzaron profundamente con el ultimo gobierno, ha suscitado esperanzas e incertidumbre por la magnitud de los problemas a resolver y la gran cantidad de propuestas presentadas.

Me permito destacar un tema que no puede estar ausente en los proyectos oficiales requiere un urgente debate y respuesta.

Se ha difundido ampliamente la idea de que el país no dispone de fondos suficientes para la reactivación económica y rápida mejoría en lo inmediato. Se vuelve a insistir en la necesidad de facilitar la llegada de grandes recursos del exterior. Cabe preguntar al respecto: ¿No ha sido suficiente el balance sumamente negativo y oneroso que ha dejado el último acuerdo con el FMI en vigencia, y está pendiente la investigación del Congreso Nacional como lo establece nuestra Constitución Nacional?

El nuevo Presidente ha expresado reiteradamente que el pueblo trabajador no debe continuar pagando las consecuencias de la crisis, pero, ¿Cómo llevar a la practica dicha promesa y de donde saldrán los fondos necesarios?. Es hora de utilizar las herramientas que utilizan los monopolios extranjeros y locales en su beneficio: utilizar al Estado para obtener subsidios, rebaja de impuestos, créditos, etc.

La evasión ha alcanzado cifras aun más elevadas. Para ello, debe tenerse en cuenta la mayor concentración del capital financiero en este momento. La ayuda extraordinaria de la revolución informática que permite en segundos transferencia de fondos a cualquier parte del mundo, el fracaso de las regulaciones, y el auge de la corrupción política.

Si se toma en cuenta lo descrito, ¿la tasa de ganancias del capital deben alcanzar cifras muy elevadas?, así es. Depende del peso y poder que tienen en la economía el capital monopólico transnacional en un pais. Lo confirma los documentos de las Naciones Unidas.

En un documento de investigación realizado por Matías Kufkas y otros sobre la actividad de las transnacionales en América Latina y en particular en la Argentina existe información valiosa sobre sus las actividades. Las conclusiones son muy precisas. Se dice que las empresas transnacionales extranjeras, que deciden qué producir, en qué condiciones, la división de trabajo, el peso de los productos importados, hacen todo ello de acuerdo al interés y beneficio de las empresas y sus subsidiarias. En publicaciones de la CEPAL, se llega a la conclusión de que nuestro país es uno de los más extranjerizados de nuestro continente.

¿Existen las condiciones para fijar un impuesto especial de emergencia a las grandes ganancias, y utilizarlo para compensar la drástica caída sufrida el poder adquisitivo de los salarios e ingresos de los millones de trabajadores, formales y en negro, jubilados, millones de indigentes, etc?.

Para aclararlo mejor, en el estudio sobre las 500 grandes empresas, en una jornada de ocho horas de trabajo, por día, solamente con algo más de dos horas de trabajo, el obrero o empleado cubre el salario promedio que recibe y trabaja gratis para la empresa el resto de la jornada

El llamado” excedente de explotación” asciende al 42,4 % del valor agregado, según cifras del INDEC.

Cuando se observan los sectores que integran ese valor agregado surgen algunas curiosidades: El primer lugar corresponde al rubro Electricidad, Gas y Agua con el 92,2%, el segundo lugar: Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura con el 85%, el tercer lugar a Minería y Canteras con el 78,9% y casi el último puesto a la Industria con el 38,7%.

Estas cifras reflejan en cierta manera la política antiindustrialista, desnacionalizadora y extractivista, que privilegia la política de materias primas del agro, explotación minera, de acuerdo a los intereses de los monopolios extranjeros y locales. Es una política neoliberal que ha destruido la capacidad productiva nacional, creando deudas falsas, que en definitiva ha descapitalizado como pocas veces a nuestro país.

Para ello ha utilizado el Terrorismo del Estado, privatizaciones y renuncia a la soberanía nacional y autodeterminación socio económica y política. Ha puesto nuevamente a nuestro país de rodillas, con un saldo de millones de hambrientos y desocupados.

La renta de la tierra desempeña un papel protagónico por la existencia de grandes latifundios en manos de la vieja y nueva oligarquía, que ha entrelazado sus intereses con los monopolios extranjeros en nombre de la modernización del agro y predominio de la soja transgénica.

Súmese a este cuadro el aumento considerable de los servicios públicos y su estrecha gravitación en el proceso de la inflación y dolarización de la economía.

En una palabra, el poder económico y financiero dispone de grandes recursos en el país, ha dicho claramente el presidente del Banco Santander en su reciente visita. Un impuesto de emergencia del 20% anual sobre las mayores ganancias durante los próximos tres años está muy lejos de ser confiscatorio, deberá determinarse que se excluya a la pequeña y mediana empresa y establecerse un impuesto mayor a las doscientos o trescientos empresas más grandes.

¿Cómo se impide que las transnacionales continúen ocultando sus ganancias, trasladen a los precios la carga impositiva, o disminuyan su actividad con despidos, tercerización, etc?

La práctica ha demostrado que no es suficiente este impuesto de emergencia, tiene que ir acompañado de un proceso de participación popular y control, en rubros estratégicos como el sistema financiero, comercio exterior, cadenas de intermediación especulativa entre la producción y las bocas de consumo masivo.

Correspondería organizar comisiones populares de control, análisis de la formación de los precios finales, debate público y publicación a cargo de la participación de la comisión interna sindical, de las grandes empresas, conjuntamente con delegados de las respectivas comunas o comisiones vecinales donde están radicadas las empresa, conjuntamente con las organizaciones de los jubilados.

Dichas comisiones podrían actuar en la órbita del Ministerio de Seguridad Social y periódicamente rendir cuenta de su actividad en Asambleas Populares.

La crisis no es solo patrimonio de nuestro país. Abarca al mundo capitalista y los pueblos de América Latina y el Caribe han reiniciado el camino de la resistencia y lucha.

El imperialismo, encabezado por los EE.UU., hace tiempo se ha preparado para ello. Hoy emplea formas sofisticadas, audaces, para realizar sus golpes de estado e intervención directa e indirecta en la vida de los pueblos. Sin embargo, choca con obstáculos insalvables y colosales desafíos.

La globalización de los monopolios ha acelerado el proceso de socialización de la sociedad capitalista y no encuentra salida a las contradicciones antagónicas que se han desatado. Ello se manifiesta, por ejemplo, cuando dicen que hay un deterioro de la democracia liberal, agotamiento de las políticas neoliberales, y el llamado populismo, porque no dan respuesta a los problemas amás acuciantes como es la ocupación, mejoras sociales y el crecimiento sostenido.

Confiesan que el Capitalismo Monopolista de Estado, la nueva Revolución Científica y Técnica y sobre todo el avance acelerado de la especulación financiera y la propia globalización ha entrada en crisis, como se refleja en sus últimos informes. En una palabra, el capitalismo no ofrece soluciones a los problemas mas elementales.

Se ha pretendido echar en un manto de olvido que existió la Unión Soviética y un nuevo mundo sin explotación, hambre y enormes desigualdades. Solamente, en la mitad de su existencia, apenas 40 años, en paz llevó a cabo proezas que ningún pueblo de la tierra llevo a cabo. Y el hecho trascendental, aplicando una metodología y guía teórica y práctica científica revolucionaria, es posible construir y vivir en un mundo sin la explotación del hombre por el hombre, con dignidad, sin ricos y pobres, etc. Por supuesto que había muchos defectos y problemas no resueltos. La historia revela que los pueblos aprenden de los graves errores cometidos.

Estas bases filosóficas revolucionarias existen y no han sido superadas hasta ahora. Se aplicarán en forma diferente en cada país, de acuerdo a sus características y historia. La sociedad socialista - comunista es el futuro.


Por Jaime Fuchs


Sugerencia para un programa y debate


En el desarrollo de la actual crisis, a diferencia de otras épocas, es posible observar el entrelazamiento de vínculos estrechos entre la economía, la política, la cultura, la educación, la salud, la soberanía nacional y los derechos humanos

En un país como Argentina, privilegiado por la riqueza y abundancia de recursos naturales, con una población muy reducida en relación a otras naciones se observan fenómenos muy preocupantes: Han descendido notablemente los principales índices económicos y las clases dominantes han descargado como nunca todo el peso de la crisis sobre el pueblo trabajador y amplias capas medias, cuyo descenso es notable.

Los índices más preocupantes son la desnutrición infantil en ascenso, el hambre y la pobreza que llega a cifras alarmantes, en medio de orgía de especulación del capital financiero con un enriquecimiento sin límites. Sin el propósito de analizar y precisar en detalle las causas de esos graves problemas estructurales, que están sucediendo en medio de la resistencia y grandes luchas populares, nos permitimos remarcar lo siguiente:

Los grandes medios y la utilización de avanzada tecnología funcionan las 24 horas del días para ocultar, simplificar o disfrazar la realidad, social, y sembrar la confusión.

Omiten burdamente hablar del modo de producción imperante, con sus relaciones sociales y con astucia predican que nos olvidemos que estamos viviendo en un país capitalista, más de ciento cincuenta años, con una democracia que gira en la órbita del imperialismo de turno. Con un sistema democrático burgués, privado de los principales atributos de soberanía y determinación política, en medio de un renacimiento peligroso del neofascismo en el continente que nuevamente ha entrado en lucha de masas activa.

La llegada de un nuevo gobierno con un amplio voto popular de repudio a las políticas neoliberales que avanzaron profundamente con el ultimo gobierno, ha suscitado esperanzas e incertidumbre por la magnitud de los problemas a resolver y la gran cantidad de propuestas presentadas.

Me permito destacar un tema que no puede estar ausente en los proyectos oficiales requiere un urgente debate y respuesta.

Se ha difundido ampliamente la idea de que el país no dispone de fondos suficientes para la reactivación económica y rápida mejoría en lo inmediato. Se vuelve a insistir en la necesidad de facilitar la llegada de grandes recursos del exterior. Cabe preguntar al respecto: ¿No ha sido suficiente el balance sumamente negativo y oneroso que ha dejado el último acuerdo con el FMI en vigencia, y está pendiente la investigación del Congreso Nacional como lo establece nuestra Constitución Nacional?

El nuevo Presidente ha expresado reiteradamente que el pueblo trabajador no debe continuar pagando las consecuencias de la crisis, pero, ¿Cómo llevar a la practica dicha promesa y de donde saldrán los fondos necesarios?. Es hora de utilizar las herramientas que utilizan los monopolios extranjeros y locales en su beneficio: utilizar al Estado para obtener subsidios, rebaja de impuestos, créditos, etc.

La evasión ha alcanzado cifras aun más elevadas. Para ello, debe tenerse en cuenta la mayor concentración del capital financiero en este momento. La ayuda extraordinaria de la revolución informática que permite en segundos transferencia de fondos a cualquier parte del mundo, el fracaso de las regulaciones, y el auge de la corrupción política.

Si se toma en cuenta lo descrito, ¿la tasa de ganancias del capital deben alcanzar cifras muy elevadas?, así es. Depende del peso y poder que tienen en la economía el capital monopólico transnacional en un pais. Lo confirma los documentos de las Naciones Unidas.

En un documento de investigación realizado por Matías Kufkas y otros sobre la actividad de las transnacionales en América Latina y en particular en la Argentina existe información valiosa sobre sus las actividades. Las conclusiones son muy precisas. Se dice que las empresas transnacionales extranjeras, que deciden qué producir, en qué condiciones, la división de trabajo, el peso de los productos importados, hacen todo ello de acuerdo al interés y beneficio de las empresas y sus subsidiarias. En publicaciones de la CEPAL, se llega a la conclusión de que nuestro país es uno de los más extranjerizados de nuestro continente.

¿Existen las condiciones para fijar un impuesto especial de emergencia a las grandes ganancias, y utilizarlo para compensar la drástica caída sufrida el poder adquisitivo de los salarios e ingresos de los millones de trabajadores, formales y en negro, jubilados, millones de indigentes, etc?.

Para aclararlo mejor, en el estudio sobre las 500 grandes empresas, en una jornada de ocho horas de trabajo, por día, solamente con algo más de dos horas de trabajo, el obrero o empleado cubre el salario promedio que recibe y trabaja gratis para la empresa el resto de la jornada

El llamado” excedente de explotación” asciende al 42,4 % del valor agregado, según cifras del INDEC.

Cuando se observan los sectores que integran ese valor agregado surgen algunas curiosidades: El primer lugar corresponde al rubro Electricidad, Gas y Agua con el 92,2%, el segundo lugar: Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura con el 85%, el tercer lugar a Minería y Canteras con el 78,9% y casi el último puesto a la Industria con el 38,7%.

Estas cifras reflejan en cierta manera la política antiindustrialista, desnacionalizadora y extractivista, que privilegia la política de materias primas del agro, explotación minera, de acuerdo a los intereses de los monopolios extranjeros y locales. Es una política neoliberal que ha destruido la capacidad productiva nacional, creando deudas falsas, que en definitiva ha descapitalizado como pocas veces a nuestro país.

Para ello ha utilizado el Terrorismo del Estado, privatizaciones y renuncia a la soberanía nacional y autodeterminación socio económica y política. Ha puesto nuevamente a nuestro país de rodillas, con un saldo de millones de hambrientos y desocupados.

La renta de la tierra desempeña un papel protagónico por la existencia de grandes latifundios en manos de la vieja y nueva oligarquía, que ha entrelazado sus intereses con los monopolios extranjeros en nombre de la modernización del agro y predominio de la soja transgénica.

Súmese a este cuadro el aumento considerable de los servicios públicos y su estrecha gravitación en el proceso de la inflación y dolarización de la economía.

En una palabra, el poder económico y financiero dispone de grandes recursos en el país, ha dicho claramente el presidente del Banco Santander en su reciente visita. Un impuesto de emergencia del 20% anual sobre las mayores ganancias durante los próximos tres años está muy lejos de ser confiscatorio, deberá determinarse que se excluya a la pequeña y mediana empresa y establecerse un impuesto mayor a las doscientos o trescientos empresas más grandes.

¿Cómo se impide que las transnacionales continúen ocultando sus ganancias, trasladen a los precios la carga impositiva, o disminuyan su actividad con despidos, tercerización, etc?

La práctica ha demostrado que no es suficiente este impuesto de emergencia, tiene que ir acompañado de un proceso de participación popular y control, en rubros estratégicos como el sistema financiero, comercio exterior, cadenas de intermediación especulativa entre la producción y las bocas de consumo masivo.

Correspondería organizar comisiones populares de control, análisis de la formación de los precios finales, debate público y publicación a cargo de la participación de la comisión interna sindical, de las grandes empresas, conjuntamente con delegados de las respectivas comunas o comisiones vecinales donde están radicadas las empresa, conjuntamente con las organizaciones de los jubilados.

Dichas comisiones podrían actuar en la órbita del Ministerio de Seguridad Social y periódicamente rendir cuenta de su actividad en Asambleas Populares.

La crisis no es solo patrimonio de nuestro país. Abarca al mundo capitalista y los pueblos de América Latina y el Caribe han reiniciado el camino de la resistencia y lucha.

El imperialismo, encabezado por los EE.UU., hace tiempo se ha preparado para ello. Hoy emplea formas sofisticadas, audaces, para realizar sus golpes de estado e intervención directa e indirecta en la vida de los pueblos. Sin embargo, choca con obstáculos insalvables y colosales desafíos.

La globalización de los monopolios ha acelerado el proceso de socialización de la sociedad capitalista y no encuentra salida a las contradicciones antagónicas que se han desatado. Ello se manifiesta, por ejemplo, cuando dicen que hay un deterioro de la democracia liberal, agotamiento de las políticas neoliberales, y el llamado populismo, porque no dan respuesta a los problemas amás acuciantes como es la ocupación, mejoras sociales y el crecimiento sostenido.

Confiesan que el Capitalismo Monopolista de Estado, la nueva Revolución Científica y Técnica y sobre todo el avance acelerado de la especulación financiera y la propia globalización ha entrada en crisis, como se refleja en sus últimos informes. En una palabra, el capitalismo no ofrece soluciones a los problemas mas elementales.

Se ha pretendido echar en un manto de olvido que existió la Unión Soviética y un nuevo mundo sin explotación, hambre y enormes desigualdades. Solamente, en la mitad de su existencia, apenas 40 años, en paz llevó a cabo proezas que ningún pueblo de la tierra llevo a cabo. Y el hecho trascendental, aplicando una metodología y guía teórica y práctica científica revolucionaria, es posible construir y vivir en un mundo sin la explotación del hombre por el hombre, con dignidad, sin ricos y pobres, etc. Por supuesto que había muchos defectos y problemas no resueltos. La historia revela que los pueblos aprenden de los graves errores cometidos.

Estas bases filosóficas revolucionarias existen y no han sido superadas hasta ahora. Se aplicarán en forma diferente en cada país, de acuerdo a sus características y historia. La sociedad socialista - comunista es el futuro.


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