El 6 de junio de 1969, el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur (FNL) junto a otras organizaciones políticas y sociales convocaron a un Congreso de representantes del sur que dio origen a la creación del Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Vietnam del Sur (GRP) el cual comenzaría a jugar un papel decisivo en la conformación del poder revolucionario en esa zona del país.
Hay que decir que desde 1970, la lucha en Laos y Camboya también ocupados por Estados Unidos cobró nuevas fuerzas, así mismo, los patriotas de esos países comenzaron a coordinar esfuerzos con el FNL para el desarrollo de la guerra revolucionaria.
En 1972, el Partido Comunista de Vietnam (PCV) ordenó la preparación de una ofensiva estratégica que permitiera obtener victorias militares de envergadura, desbaratara la estrategia imperialista de “vietnamización de la guerra” y obligar a Estados Unidos a recurrir a la negociación.
Sin embargo, ante los éxitos militares de Vietnam, Washington, ya bajo el gobierno de Richard Nixon, ordenó aumentar sus efectivos movilizando una gran fuerza aeronaval a fin de reforzar la agresión contra el sur y desatar lo que se denominó la segunda guerra de agresión contra el norte. Al mismo tiempo el presidente de Estados Unidos se vio forzado a dar un sorpresivo giro ante la cercanía de las elecciones de noviembre de 1972. Evidentemente, intentaba obtener éxitos militares que le permitieran negociar desde posiciones de fuerza en París.
No obstante, al no obtener en el terreno bélico los objetivos que se había trazado y ante las brillantes propuestas de la diplomacia vietnamita que conseguían gran apoyo en todo el mundo y en particular en la propia opinión pública de Estados Unidos, Nixon se vio obligado a aceptar las propuestas vietnamitas a fin de ganar tiempo a fin para sus tropas mientras fortalecía el ejército títere. Pero una vez elegido, Nixon rechazó abiertamente los acuerdos que había firmado, desatando bombardeos genocidas contra las principales ciudades vietnamitas.
El infernal asalto aéreo estadounidense contra Hanoi y Haiphong fue rechazado exitosamente por las fuerzas armadas de Vietnam obligando a que el 27 de enero de 1973, Nixon fuera impelido a firmar los acuerdos de París sobre el cese de la guerra y el restablecimiento de la paz en Vietnam.
Los acuerdos de París significaban que Estados Unidos debía retirar sus tropas y la de sus satélites y respetar la independencia de Vietnam. Así mismo, debía cesar su intervención en los asuntos internos del país y reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo y el statu quo de Vietnam del Sur. De esta manera, Vietnam logró otra gran victoria contra una potencia extranjera que, sin embargo, aún no se había consumado en su totalidad.
A pesar que los Acuerdos de París significaron un paso importante en el proceso de liberación de Vietnam, el imperialismo estadounidense siguió apoyando al régimen títere de Saigón (ahora conducido por Nguyen Van Thieu). Pretendía mantener su dominio colonial y al país dividido. Pero Washington equivocó el diagnóstico sobre la situación pensando que con los acuerdos se había paralizado el ímpetu liberador del pueblo vietnamita. Al contrario, el prestigio del FNL y el GRP aumentaban cada día tanto en el plano interno como en el internacional.
Para que se tenga una idea de la magnitud de la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam, el poder de fuego de sus soldados era seis veces mayor al que poseían durante la segunda guerra mundial. Estados Unidos gastó 400 mil dólares por cada vietnamita muerto incluyendo 75 bombas y 150 proyectiles de artillería por cadáver.
El régimen de Van Thieu se tuvo que comenzar a enfrentar no sólo al poder y la fuerza revolucionaria de las zonas liberadas, también a una resistencia popular creciente en las áreas bajo su control. Además de eso, la ayuda de Washington se había reducido notablemente respecto de años anteriores. De la misma manera, se desató una profunda crisis económica a partir del segundo semestre de 1973 que se agudizó al año siguiente caracterizada por una alta inflación, fuerte devaluación y pérdida de divisas.
En estas condiciones, el GRP y el FNL respondieron con un incremento de las acciones armadas junto a su decisión de aplicar sin demora los acuerdos de París. Ya en julio de 1973 el PCV evaluó que había que preparar las fuerzas para una ofensiva que permitiera conquistar el poder decisivo. A mediados de 1974, el curso de la guerra había variado ostensiblemente en cuanto al crecimiento de las fuerzas armadas revolucionarias, las acciones ofensivas que se desarrollaban, la consolidación de rutas de abastecimiento logístico del norte al sur y el incremento de las acciones en las ciudades.
Todos estos antecedentes, además de otras condiciones propicias permitieron que el PCV en octubre de 1974 concluyera que se había creado una correlación de fuerzas favorable a los revolucionarios por lo que tomó la decisión histórica de movilizar al partido, al ejército y al pueblo para llevar adelante un ataque general que condujera a aniquilar y destrozar las tropas del régimen de Van Thieu, derrocar el poder enemigo tanto a nivel regional como nacional, conquistar el poder para el pueblo y liberar el sur. El PCV y su comisión militar central se dieron a la tarea de planificar y organizar los futuros combates.
La ofensiva y el levantamiento general comenzó el 10 de marzo de 1975 en la meseta occidental del país. Los primeros éxitos permitieron avanzar hacia la llanura costera del centro. Un momento decisivo fue la campaña en Hue-Da Nang, segunda ciudad de importancia de Vietnam del Sur donde se aniquiló la base militar más poderosa de las fuerzas armadas del régimen pro yanki. La ofensiva continuó con la realización de ataques y levantamientos al norte y noroeste de Saigón. El 25 de marzo ya se habían liberado 16 provincias con lo cual el FNL controlaba las tres cuartas partes del territorio y la mitad de la población de Vietnam del Sur. Se evaluó que el colapso del ejército enemigo era total y que Estados Unidos se mostraba impotente ante la fuerte ofensiva vietnamita. Se habían creado las condiciones para la batalla final: la batalla por Saigón.
A la batalla por la liberación de Saigón se le denominó “Campaña Ho Chi Minh”. El presidente y fundador de la República democrática de Vietnam había fallecido el día que el país conmemoraba el 24to. aniversario de su independencia el 2 de septiembre de 1969. Se había decidido que la última ciudad en ser liberada llevaría su nombre.
Se movilizaron colosales agrupaciones militares para reforzar las que ya se encontraban en la zona de combate. Mientras tanto, el enemigo se preparaba para resistir en el último bastión que le quedaba al mismo tiempo que Estados Unidos desataba todo tipo de maniobra diplomática para evitar o retrasar el evidente final de los acontecimientos. El 18 de abril, el presidente de Estados Unidos Gerald Ford ordenó la evacuación urgente de todos los estadounidenses de Vietnam. El 21 de abril en medio de sus intentos por salvar la situación, Washington destituyó a Van Thieu mientras buscaba una negociación que llevara a un cese de fuego bilateral.
Pero ya era tarde. El 26 de abril dio inicio a la “Campaña Ho Chi Minh”, un plan de ataque desde cinco direcciones coordinadas con las fuerzas armadas locales y el pueblo insurreccionado. El 28 y 29 de abril las columnas revolucionarias avanzaron impetuosamente, rodeando a las fuerzas enemigas en el perímetro de Saigón.
Las columnas de ataque ocuparon los objetivos más importantes de la ciudad y a las 11:30 del día 30 de abril, en medio de la estampida del gobierno y los miembros de la embajada de Estados Unidos, la bandera de la revolución fue izada en el palacio de gobierno. El 1° de mayo todo el territorio continental de Vietnam del Sur estaba controlado. En la campaña, fueron aniquilados 400 mil soldados enemigos desintegrando un ejército de más de un millón de efectivos, así como a las fuerzas de seguridad y policía.
El fin de la “Campaña Ho Chi Minh” y la liberación total de Vietnam que hoy conmemoramos en su 48 aniversario fue una brillante operación militar de las fuerzas armadas y el pueblo vietnamita bajo conducción del partido comunista. El imperialismo estadounidense había sido derrotado en lo que se ha caracterizado como el mayor desastre militar y político de su historia. Así mismo, fue destruido todo el aparato militar, político y administrativo del régimen creado por Washington en Vietnam. Cinco administraciones estadounidenses hicieron un colosal esfuerzo por impedir la victoria del pueblo vietnamita y no lo lograron, culminando veinte años de gloriosa lucha contra la agresión estadounidense y por la reunificación del país.
Hay que decir que desde 1970, la lucha en Laos y Camboya también ocupados por Estados Unidos cobró nuevas fuerzas, así mismo, los patriotas de esos países comenzaron a coordinar esfuerzos con el FNL para el desarrollo de la guerra revolucionaria. En 1972, el Partido Comunista de Vietnam (PCV) ordenó la preparación de una ofensiva estratégica que permitiera obtener victorias militares de envergadura, desbaratara la estrategia imperialista de “vietnamización de la guerra” y obligar a Estados Unidos a recurrir a la negociación. Sin embargo, ante los éxitos militares de Vietnam, Washington, ya bajo el gobierno de Richard Nixon, ordenó aumentar sus efectivos movilizando una gran fuerza aeronaval a fin de reforzar la agresión contra el sur y desatar lo que se denominó la segunda guerra de agresión contra el norte. Al mismo tiempo el presidente de Estados Unidos se vio forzado a dar un sorpresivo giro ante la cercanía de las elecciones de noviembre de 1972. Evidentemente, intentaba obtener éxitos militares que le permitieran negociar desde posiciones de fuerza en París. No obstante, al no obtener en el terreno bélico los objetivos que se había trazado y ante las brillantes propuestas de la diplomacia vietnamita que conseguían gran apoyo en todo el mundo y en particular en la propia opinión pública de Estados Unidos, Nixon se vio obligado a aceptar las propuestas vietnamitas a fin de ganar tiempo a fin para sus tropas mientras fortalecía el ejército títere. Pero una vez elegido, Nixon rechazó abiertamente los acuerdos que había firmado, desatando bombardeos genocidas contra las principales ciudades vietnamitas. El infernal asalto aéreo estadounidense contra Hanoi y Haiphong fue rechazado exitosamente por las fuerzas armadas de Vietnam obligando a que el 27 de enero de 1973, Nixon fuera impelido a firmar los acuerdos de París sobre el cese de la guerra y el restablecimiento de la paz en Vietnam. Los acuerdos de París significaban que Estados Unidos debía retirar sus tropas y la de sus satélites y respetar la independencia de Vietnam. Así mismo, debía cesar su intervención en los asuntos internos del país y reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo y el statu quo de Vietnam del Sur. De esta manera, Vietnam logró otra gran victoria contra una potencia extranjera que, sin embargo, aún no se había consumado en su totalidad. A pesar que los Acuerdos de París significaron un paso importante en el proceso de liberación de Vietnam, el imperialismo estadounidense siguió apoyando al régimen títere de Saigón (ahora conducido por Nguyen Van Thieu). Pretendía mantener su dominio colonial y al país dividido. Pero Washington equivocó el diagnóstico sobre la situación pensando que con los acuerdos se había paralizado el ímpetu liberador del pueblo vietnamita. Al contrario, el prestigio del FNL y el GRP aumentaban cada día tanto en el plano interno como en el internacional. Para que se tenga una idea de la magnitud de la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam, el poder de fuego de sus soldados era seis veces mayor al que poseían durante la segunda guerra mundial. Estados Unidos gastó 400 mil dólares por cada vietnamita muerto incluyendo 75 bombas y 150 proyectiles de artillería por cadáver. El régimen de Van Thieu se tuvo que comenzar a enfrentar no sólo al poder y la fuerza revolucionaria de las zonas liberadas, también a una resistencia popular creciente en las áreas bajo su control. Además de eso, la ayuda de Washington se había reducido notablemente respecto de años anteriores. De la misma manera, se desató una profunda crisis económica a partir del segundo semestre de 1973 que se agudizó al año siguiente caracterizada por una alta inflación, fuerte devaluación y pérdida de divisas. En estas condiciones, el GRP y el FNL respondieron con un incremento de las acciones armadas junto a su decisión de aplicar sin demora los acuerdos de París. Ya en julio de 1973 el PCV evaluó que había que preparar las fuerzas para una ofensiva que permitiera conquistar el poder decisivo. A mediados de 1974, el curso de la guerra había variado ostensiblemente en cuanto al crecimiento de las fuerzas armadas revolucionarias, las acciones ofensivas que se desarrollaban, la consolidación de rutas de abastecimiento logístico del norte al sur y el incremento de las acciones en las ciudades. Todos estos antecedentes, además de otras condiciones propicias permitieron que el PCV en octubre de 1974 concluyera que se había creado una correlación de fuerzas favorable a los revolucionarios por lo que tomó la decisión histórica de movilizar al partido, al ejército y al pueblo para llevar adelante un ataque general que condujera a aniquilar y destrozar las tropas del régimen de Van Thieu, derrocar el poder enemigo tanto a nivel regional como nacional, conquistar el poder para el pueblo y liberar el sur. El PCV y su comisión militar central se dieron a la tarea de planificar y organizar los futuros combates. La ofensiva y el levantamiento general comenzó el 10 de marzo de 1975 en la meseta occidental del país. Los primeros éxitos permitieron avanzar hacia la llanura costera del centro. Un momento decisivo fue la campaña en Hue-Da Nang, segunda ciudad de importancia de Vietnam del Sur donde se aniquiló la base militar más poderosa de las fuerzas armadas del régimen pro yanki. La ofensiva continuó con la realización de ataques y levantamientos al norte y noroeste de Saigón. El 25 de marzo ya se habían liberado 16 provincias con lo cual el FNL controlaba las tres cuartas partes del territorio y la mitad de la población de Vietnam del Sur. Se evaluó que el colapso del ejército enemigo era total y que Estados Unidos se mostraba impotente ante la fuerte ofensiva vietnamita. Se habían creado las condiciones para la batalla final: la batalla por Saigón. A la batalla por la liberación de Saigón se le denominó “Campaña Ho Chi Minh”. El presidente y fundador de la República democrática de Vietnam había fallecido el día que el país conmemoraba el 24to. aniversario de su independencia el 2 de septiembre de 1969. Se había decidido que la última ciudad en ser liberada llevaría su nombre. Se movilizaron colosales agrupaciones militares para reforzar las que ya se encontraban en la zona de combate. Mientras tanto, el enemigo se preparaba para resistir en el último bastión que le quedaba al mismo tiempo que Estados Unidos desataba todo tipo de maniobra diplomática para evitar o retrasar el evidente final de los acontecimientos. El 18 de abril, el presidente de Estados Unidos Gerald Ford ordenó la evacuación urgente de todos los estadounidenses de Vietnam. El 21 de abril en medio de sus intentos por salvar la situación, Washington destituyó a Van Thieu mientras buscaba una negociación que llevara a un cese de fuego bilateral. Pero ya era tarde. El 26 de abril dio inicio a la “Campaña Ho Chi Minh”, un plan de ataque desde cinco direcciones coordinadas con las fuerzas armadas locales y el pueblo insurreccionado. El 28 y 29 de abril las columnas revolucionarias avanzaron impetuosamente, rodeando a las fuerzas enemigas en el perímetro de Saigón. Las columnas de ataque ocuparon los objetivos más importantes de la ciudad y a las 11:30 del día 30 de abril, en medio de la estampida del gobierno y los miembros de la embajada de Estados Unidos, la bandera de la revolución fue izada en el palacio de gobierno. El 1° de mayo todo el territorio continental de Vietnam del Sur estaba controlado. En la campaña, fueron aniquilados 400 mil soldados enemigos desintegrando un ejército de más de un millón de efectivos, así como a las fuerzas de seguridad y policía. El fin de la “Campaña Ho Chi Minh” y la liberación total de Vietnam que hoy conmemoramos en su 48 aniversario fue una brillante operación militar de las fuerzas armadas y el pueblo vietnamita bajo conducción del partido comunista. El imperialismo estadounidense había sido derrotado en lo que se ha caracterizado como el mayor desastre militar y político de su historia. Así mismo, fue destruido todo el aparato militar, político y administrativo del régimen creado por Washington en Vietnam. Cinco administraciones estadounidenses hicieron un colosal esfuerzo por impedir la victoria del pueblo vietnamita y no lo lograron, culminando veinte años de gloriosa lucha contra la agresión estadounidense y por la reunificación del país. |
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