‘Hoy es el día’ —dijo Fabiola, con una convicción anormal para ser una niña de 12 años que está transitando la preadolescencia. La jovencita recién despierta se sentó en su cama, contempló su habitación mientras se desenredaba el pelo con los dedos y miró fijo a su placard. En su mente ya había visualizado su outfit. Es que faltaban unas horas para el momento que tanto anhelaba.
Ya cambiada se observó en el espejo, sus manos iniciaron una recorrida rápida por su cuerpo, reconociendo sus pequeñas curvas. Algo le incomodaba pero se despojó inmediatamente de esa sensación para pronunciar el discurso que preparó el fin de semana anterior mediante vídeollamada con sus tres mejores amigas, Candela, Sofía y Paula.
Una y otra vez repetía las líneas, pero no estaba muy conforme. Aun así, la niña insistía frente al espejo, su gran cómplice. Mientras recitaba un extracto de poesía elegía los gestos y sus poses. Revisó el momento en el que se soltaría el pelo. Es que ella se imaginaba también las respuestas que recibiría, porque en la cuadra todos sus amigos y amigas sabían que Facu le tiraba onda.
Preparó la merienda pero la abandonó en el cuarto sorbo de chocolatada fría, corrió al baño para enroscarse las pestañas y pintarse con el delineador de ojos. Era la primera vez que usaba los productos de belleza de su madre. Con pasos agigantados y grotescos recorrió el pasillo hasta llegar a la puerta de la entrada principal. Se peinó las cejas con su dedo índice y encaró la vereda, cruzó la calle, saltó la baldosa floja con la que ya había tropezado varias veces, y se detuvo en la casa de su vecino Don Alberto. Por primera vez la duda tiñó su endereza. Se sentó en el nicho de gas, trató de recordar lo escrito, pero le ganó la ansiedad. Caminó cuatro metros hasta la puerta indicada.
A lo lejos, Fabiola divisó que se aproximaban Julieta, la nieta de Don Alberto, Rocío, la prima de ésta con quien una vez se agarró de los pelos tras un partido de básquet, y Oscar, su enamorado del jardín.
Apurada golpeó la puerta, sus manos transpiraban de los nervios. Se escuchó el chirrido de este conjunto de maderas de antaño. Facundo abrió apenas, se asomó y al verla salió del todo. Fabiola lo miró fijo a los ojos mientras se mordía el labio. Rápidamente lanzó sus primeras palabras: “Tengo que decirte algo que me está pasando…” Inesperadamente el perro de Facundo comenzó a ladrar desde adentro. ‘Salchichón’, un caniche color negro insoportable de nacimiento —que se salvó de varias atropelladas -interrumpió la escena. Mientras, el grupito que vio la niña a lo lejos ya estaba a su lado.
Rocío tan intuitiva y maliciosa, gritó desbordada: “Traje la botella de casa para que juguemos en el baldío”.
Escalofríos por la espalda le caminaron a Fabiola, sintió que se desmayaría en cualquier momento, sólo deseaba desaparecer. Pero disimuló muy bien y contestó canchereando: “¡Que genial idea!”.
La botella giraba y giraba. A la niña enamorada le tocó ver el beso de
Facundo con Rocío tres veces – el último de éstos fue con lengua - , y nuevamente Facundo con Julieta, dos besos más, que además incluyeron la mano de él en la cintura de ella. Oscar sin suerte, sólo miraba.
Tampoco llegó el turno de Fabiola. Su visión sobre el amor cambió.
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Ruth Salfate
Periodista, nació en la ciudad de Río Gallegos el 24 de agosto de 1982. Trabajó en la prensa escrita y radial de su localidad natal. Desde el 2.015 se encuentra a cargo de la prensa institucional de la Jefatura Regional Sur 2 de la ANSES. Escribe microcuentos desde el 2016, los que dio a conocer al inicio de la pandemia. Los mismos están colgados en la plataforma digital Wattpad. Colabora en ‘Vibes Estudio Creativo’, agencia de diseño gráfico y marketing digital.
En el 2.000 se fue a vivir a Buenos Aires donde estudió la carrera Lic. En Periodismo y Comunicaciones en la Universidad John F. Kennedy (C.A.BA) pero abandonó al finalizar el tercer año de la cursada, sin embargo, al retornar a su ciudad natal, trabajó en la redacción de los diarios El Periódico Austral y Prensa Libre. Mientras que en radio, fue productora de ‘La semana económica’ (FM Magna), y co-conductora en el programa “Namasté” emitido por LU14 Radio de la provincia, el cual obtuvo un reconocimiento como Mejor labor radial en los “Premios Don Alberto Raúl Segovia” en el 2.012.
También integró la Comisión Directiva en el Sindicato de Prensa de Santa Cruz (SIPREN SC. del 2016 al 2019)
Durante el 2020 participó con las lecturas de sus microcuentos en diversas Ferias del Libro de Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego.
--- Ruth Salfate En el 2.000 se fue a vivir a Buenos Aires donde estudió la carrera Lic. En Periodismo y Comunicaciones en la Universidad John F. Kennedy (C.A.BA) pero abandonó al finalizar el tercer año de la cursada, sin embargo, al retornar a su ciudad natal, trabajó en la redacción de los diarios El Periódico Austral y Prensa Libre. Mientras que en radio, fue productora de ‘La semana económica’ (FM Magna), y co-conductora en el programa “Namasté” emitido por LU14 Radio de la provincia, el cual obtuvo un reconocimiento como Mejor labor radial en los “Premios Don Alberto Raúl Segovia” en el 2.012. También integró la Comisión Directiva en el Sindicato de Prensa de Santa Cruz (SIPREN SC. del 2016 al 2019) Durante el 2020 participó con las lecturas de sus microcuentos en diversas Ferias del Libro de Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. |
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