Víctor nació el 28 de septiembre de 1932; hijo de padres campesinos, originarios de la pequeña localidad de Quiriquina, perteneciente por entonces al Departamento de Bulnes, actualmente San Ignacio, y caracterizada por un arraigado folclore.
Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda, además de dedicarse a las labores domésticas, tocaba la guitarra y cantaba. Tenía, además, cuatro hermanos: María, Georgina , Eduardo y Roberto, el menor. Por causa de las necesidades familiares, Víctor se vio obligado desde niño a ayudar a la familia en los trabajos del campo. Influido por su madre, tomó también contacto a temprana edad con la música, además de asistir al colegio.
La familia se trasladó a la población de Los Nogales, donde coincidieron con Julio y Humberto Morgado, compañeros de Víctor en la escuela primaria. La familia Morgado proporcionó a Víctor, que abandonó sus estudios, un trabajo en una fábrica de muebles, ayudando al padre de sus compañeros en su trabajo de transportista. Cuando contaba 15 años, falleció su madre, lo que significó la disolución del núcleo familiar.
Por consejo de un sacerdote, ingresó en el seminario de la Congregación del Santísimo Redentor, en San Bernardo. Dos años después de su ingreso, abandonó el seminario al comprobar su falta de vocación, tras haber practicado allí el canto gregoriano y la interpretación de la liturgia. Tras dejar el seminario, prestó el servicio militar.
A los 21 años, después de cumplir el servicio militar, ingresó en el coro de la Universidad de Chile, participando en el montaje de Carmina Burana. En 1957 entró a formar parte del grupo de cantos y danzas folclóricas Cuncumén y conoció a Violeta Parra, quien lo animó a continuar su carrera musical.
Con 27 años, en 1958 dirigió su primera obra de teatro: Parecido a la felicidad, de Alejandro Sieveking, haciendo giras por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo folclórico grabó su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos. En 1961 compuso su primera canción. Al año siguiente, 1962, dirigiría para el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH).
En 1961 inició su trabajo de creación musical y poética con el tema Paloma, quiero contarte. Entre los años 1966 y 1969 fue director artístico del conjunto de música popular Quilapayun.
En 1963 fue asistente de dirección de Atahualpa del Cioppo en el montaje de El círculo de tiza, de Bertolt Brecht, para el ITUCH. Compaginó su actividad teatral con la composición musical, y en 1965 dirigió la obra La remolienda, de Sieveking, así como el montaje de La maña, de Ann Jellicoe, por las que recibe el Premio Laurel de Oro como mejor director y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección por La Maña.
En 1966 publicó Víctor Jara, su primer álbum como solista, al que siguió Pongo en tus manos abiertas (1969). Fruto de un rico e intenso periodo de creatividad grabó Canto libre (1970), El derecho a vivir en paz (1971) y La Población (1972), álbumes de gran belleza y fuerza poética que lo convirtieron en uno de los máximos exponentes del resurgimiento y la innovación de la canción popular en Latinoamérica. Sobre cuáles debían ser los principales objetivos de un artista señaló en una ocasión:
"El primer deber es luchar segundo a segundo para darle al pueblo su propia identidad, su identificación con el folclore, que es el lenguaje más auténtico que posee el pueblo y, a través de la canción popular, ayudarle a entender la realidad, la de sus amigos y enemigos y, a través de la música, ayudar al pueblo a desenmascararlo todo, a transformarlo todo: no con profecías paternalistas, sino junto a ellos."
Víctor Jara
En 1970, formó parte del equipo estable de directores del ITUCH, además de trabajar, entre 1964 y 1967, como profesor de actuación en la universidad.
Víctor Jara se mantuvo fiel al proceso social y político que se venía gestando en Chile desde la década de 1960 y que culminó con el triunfo de la Unidad Popular. En el marco de este compromiso, ofreció recitales por todo el país en apoyo de la candidatura de Salvador Allende, así como por otros países de Latinoamérica y Europa en calidad de embajador cultural del gobierno socialista.
Fue un destacado militante del Partido Comunista de Chile, siendo miembro del Comité Central de las Juventudes Comunistas de Chile hasta el momento de su asesinato. Estando preso escribió su último poema y testimonio: Somos cinco mil, en una de sus estrofas dice,
¡Qué espanto produce el rostro del fascismo! Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada La sangre para ellos son medallas La matanza es un acto de heroísmo
Sus canciones trataban sobre el pueblo y sus problemas, en la línea de los cantautores de la época; con todo, su éxito internacional las llevó más allá de su Chile natal para ser cantadas en cualquier manifestación progresista o concentración universitaria de otros tantos países, particularmente en la España de la transición.
El 11 de septiembre de 1973 se dirigió a la Universidad Técnica del Estado, su lugar de trabajo, para difundir su protesta y mostrar su oposición al golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet contra el gobierno de Allende.
Fue detenido junto a cientos de alumnos y profesores al cabo de unas horas de asedio, tras ser tomado el centro por las tropas y fue conducido al Estadio Chile. Según numerosos testimonios, lo torturan durante horas, le golpean las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente lo acribillan a balazos el día 16 de septiembre. El cuerpo es encontrado el día 19 del mismo mes.
En 1990 la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Víctor Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano, ubicado a orillas de la Carretera Sur. Luego fue llevado al depósito de cadáveres, donde le asignaron las siglas NN, y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa inglesa Joan Turner. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio General de Santiago de Chile.
En junio de 2009 se exhumaron por orden judicial los restos mortales de Víctor Jara para la realización de un estudio que determinara las causas precisas de la muerte. El 27 de noviembre de ese mismo año la Fundación Víctor Jara hizo público el resultado del estudio. Según el mismo, efectuado por el Servicio Médico Legal de Chile y ratificado por el Instituto Genético de Innsbruck, el artista murió a consecuencia de múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un shock hemorrágico en un contexto de tipo homicida y que fue golpeado y torturado durante su paso por el Estadio Chile, donde estuvo detenido.
Se destaca que se encontranron más de 30 lesiones óseas producto de fracturas provocadas por heridas de proyectil y otras provocadas por objetos contundentes, diferentes a las heridas de bala. Una vez finalizados los estudios forenses en noviembre de 2009, se realizó un acto de homenaje, del 3 al 5 de diciembre, permaneciendo los restos mortales del artista en la sede de la Fundación Víctor Jara y, posteriormente, recibieron sepultura en el Cementerio General de Santiago de Chile. A diferencia del entierro, prácticamente clandestino, llevado a cabo en 1973, después de su asesinato, el sepelio del día 5 de diciembre de 2009, 36 años después de su asesinato, fue abierto y público.
Luchin
Frágil como un volantín
en los techos de Barrancas
jugaba el niño Luchín
con sus manitos moradas
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
el caballo lo miraba.
En el agua de sus ojos
se bañaba el verde claro
gateaba a su corta edad
con el potito embarrado
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
el caballo lo miraba.
El caballo era otro juego
en aquel pequeño espacio
y al animal parecía
le gustaba ese trabajo
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
y con Luchito mojado.
Si hay niños como Luchín
que comen tierra y gusanos
abramos todas las jaulas
pa’ que vuelen como pájaros
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
y también con el caballo.
El arado
Aprieto firme mi mano,
y hundo el arao en la tierra
hace años, que llevo en ella
Cómo no estaré agotao?
Aprieto firme mi mano
y hundo el arao en la tierra
hace años que llevo en ella
Cómo no estaré agotao?
Vuelan mariposas, cantan grillos
la piel se me pone negra
y el sol brilla, brilla y brilla
el sudor me hace zurcos,
yo hago zurcos a la tierra sin parar
Vuelan mariposas, cantan grillos
la piel se me pone negra
y el sol brilla, brilla y brilla
el sudor me hace zurcos,
yo hago zurcos a la tierra sin parar
Afirmo bien la esperanza
cuando pienso en la otra estrella
nunca es tarde me dice ella
la paloma volará
Afirmo bien la esperanza
cuando pienso en la otra estrella
nunca es tarde me dice ella
la paloma volará
Vuelan mariposas, cantan grillos
la piel se me pone negra
y el sol, brilla, brilla y brilla
Y en la tarde cuando vuelvo,
en el cielo apareciendo una estrella
nunca es tarde me dice ella
la paloma volará, volará, volará
Cómo yugo de apretao
tengo el puño esperanzao
porque todo cambiará...
A Cuba
Si yo a Cuba le cantara,
le cantara una canción
tendría que ser un son,
un son revolucionario,
pie con pie, mano con mano,
corazón a corazón,
corazón a corazón.
Pie con pie, mano con mano,
como se le habla a un hermano.
Si me quieres, aquí estoy,
qué más te puedo ofrecer,
sino continuar tu ejemplo,
comandante compañero,
viva tu revolución.
Si quieres conocer a Martí y a Fidel
a Cuba, a Cuba, a Cuba iré,
si quieres conocer los caminos del Che,
a Cuba, a Cuba, a Cuba iré,
si quieres tomar ron pero sin Coca Cola,
a Cuba, a Cuba, a Cuba iré,
si quieres trabajar a la caña de azúcar,
a Cuba, a Cuba, a Cuba iré,
en un barquito se va el vaivén.
Si yo a Cuba le cantara,
le cantara una canción
tendría que ser un son,
un son revolucionario,
pie con pie, mano con mano,
corazón a corazón.
Como yo no toco el son
pero toco la guitarra
que está justo en la batalla
de nuestra revolución
será lo mismo que el son
que hizo bailar a los gringos,
pero no somos guajiros
nuestra sierra es la elección.
Preguntas por Puerto Montt
Muy bien, voy a preguntar
por ti, por ti, por aquel
por ti que quedaste solo
y el que murió sin saber.
Muy bien, voy a preguntar
por ti, por ti, por aquel
por ti que quedaste solo
y el que murió sin saber
y el que murió sin saber
Murió sin saber por qué
le acribillaban el pecho
luchando por el derecho
de un suelo para vivir,
hay que ser mas infeliz
el que mando disparar
sabiendo cómo evitar
una matanza de vil
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Usted debe responder
señor Pérez Zujovic:
¿por qué al pueblo indefenso
contestaron con fusil?
Señor Pérez su conciencia
la enterró en un ataúd
y no limpiarán sus manos
ni toda la lluvia del sur
ni toda la lluvia del sur
Murió sin saber por qué
le acribillaban el pecho
luchando por el derecho
de un suelo para vivir,
hay que ser mas infeliz
el que mando disparar
sabiendo cómo evitar
una matanza de vil
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Puerto mono, Puerto Montt
Vamos por ancho camino
Ven, ven, conmigo ven,
ven, ven, conmigo ven.
Vamos por ancho camino,
nacerá un nuevo destino, ven.
Ven, ven, conmigo ven,
ven, ven, conmigo ven.
al corazón de la tierra
germinaremos con ella, ven.
El odio quedo atrás
no vuelvas nunca,
sigue hacia el mar
tu canto es río, sol y viento
pájaro que anuncia la paz.
Amigo tu hijo va,
hermano tu madre va,
van por el ancho camino
van galopando en el trigo, van
Ven, ven, conmigo ven,
ven, ven, conmigo ven.
Llegó la hora del viento
reventando los silencios, ven.
Paloma quiero contarte
Paloma quiero contarte
que estoy solo,
que te quiero.
Que la vida se me acaba
porque te tengo tan lejos,
palomita verte quiero.
Lloro con cada recuerdo
a pesar que me contengo.
Lloro con rabia pa’ fuera
pero muy hondo pa’ dentro,
palomita verte quiero.
Como tronco de nogal
como la piedra del cerro
el hombre puede ser hombre
cuando camina derecho,
palomita verte quiero.
Cómo quitarme del alma
lo que me dejaron negro,
siempre estar vuelto hacia afuera
para cuidarse por dentro,
palomita verte quiero.
Víctor nació el 28 de septiembre de 1932; hijo de padres campesinos, originarios de la pequeña localidad de Quiriquina, perteneciente por entonces al Departamento de Bulnes, actualmente San Ignacio, y caracterizada por un arraigado folclore. Su padre, Manuel Jara, se dedicaba a las tareas del campo, y su madre, Amanda, además de dedicarse a las labores domésticas, tocaba la guitarra y cantaba. Tenía, además, cuatro hermanos: María, Georgina , Eduardo y Roberto, el menor. Por causa de las necesidades familiares, Víctor se vio obligado desde niño a ayudar a la familia en los trabajos del campo. Influido por su madre, tomó también contacto a temprana edad con la música, además de asistir al colegio.
Por consejo de un sacerdote, ingresó en el seminario de la Congregación del Santísimo Redentor, en San Bernardo. Dos años después de su ingreso, abandonó el seminario al comprobar su falta de vocación, tras haber practicado allí el canto gregoriano y la interpretación de la liturgia. Tras dejar el seminario, prestó el servicio militar. A los 21 años, después de cumplir el servicio militar, ingresó en el coro de la Universidad de Chile, participando en el montaje de Carmina Burana. En 1957 entró a formar parte del grupo de cantos y danzas folclóricas Cuncumén y conoció a Violeta Parra, quien lo animó a continuar su carrera musical. Con 27 años, en 1958 dirigió su primera obra de teatro: Parecido a la felicidad, de Alejandro Sieveking, haciendo giras por varios países latinoamericanos. Como solista del grupo folclórico grabó su primer disco, un sencillo que contenía dos villancicos chilenos. En 1961 compuso su primera canción. Al año siguiente, 1962, dirigiría para el Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH). En 1961 inició su trabajo de creación musical y poética con el tema Paloma, quiero contarte. Entre los años 1966 y 1969 fue director artístico del conjunto de música popular Quilapayun. En 1963 fue asistente de dirección de Atahualpa del Cioppo en el montaje de El círculo de tiza, de Bertolt Brecht, para el ITUCH. Compaginó su actividad teatral con la composición musical, y en 1965 dirigió la obra La remolienda, de Sieveking, así como el montaje de La maña, de Ann Jellicoe, por las que recibe el Premio Laurel de Oro como mejor director y el Premio de la Crítica del Círculo de Periodistas a la mejor dirección por La Maña. En 1966 publicó Víctor Jara, su primer álbum como solista, al que siguió Pongo en tus manos abiertas (1969). Fruto de un rico e intenso periodo de creatividad grabó Canto libre (1970), El derecho a vivir en paz (1971) y La Población (1972), álbumes de gran belleza y fuerza poética que lo convirtieron en uno de los máximos exponentes del resurgimiento y la innovación de la canción popular en Latinoamérica. Sobre cuáles debían ser los principales objetivos de un artista señaló en una ocasión: "El primer deber es luchar segundo a segundo para darle al pueblo su propia identidad, su identificación con el folclore, que es el lenguaje más auténtico que posee el pueblo y, a través de la canción popular, ayudarle a entender la realidad, la de sus amigos y enemigos y, a través de la música, ayudar al pueblo a desenmascararlo todo, a transformarlo todo: no con profecías paternalistas, sino junto a ellos." En 1970, formó parte del equipo estable de directores del ITUCH, además de trabajar, entre 1964 y 1967, como profesor de actuación en la universidad.
¡Qué espanto produce el rostro del fascismo! Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada La sangre para ellos son medallas La matanza es un acto de heroísmo Sus canciones trataban sobre el pueblo y sus problemas, en la línea de los cantautores de la época; con todo, su éxito internacional las llevó más allá de su Chile natal para ser cantadas en cualquier manifestación progresista o concentración universitaria de otros tantos países, particularmente en la España de la transición. El 11 de septiembre de 1973 se dirigió a la Universidad Técnica del Estado, su lugar de trabajo, para difundir su protesta y mostrar su oposición al golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet contra el gobierno de Allende. Fue detenido junto a cientos de alumnos y profesores al cabo de unas horas de asedio, tras ser tomado el centro por las tropas y fue conducido al Estadio Chile. Según numerosos testimonios, lo torturan durante horas, le golpean las manos hasta rompérselas con la culata de un revólver y finalmente lo acribillan a balazos el día 16 de septiembre. El cuerpo es encontrado el día 19 del mismo mes. En 1990 la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Víctor Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano, ubicado a orillas de la Carretera Sur. Luego fue llevado al depósito de cadáveres, donde le asignaron las siglas NN, y donde más tarde sería identificado por su esposa, la coreógrafa inglesa Joan Turner. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio General de Santiago de Chile. En junio de 2009 se exhumaron por orden judicial los restos mortales de Víctor Jara para la realización de un estudio que determinara las causas precisas de la muerte. El 27 de noviembre de ese mismo año la Fundación Víctor Jara hizo público el resultado del estudio. Según el mismo, efectuado por el Servicio Médico Legal de Chile y ratificado por el Instituto Genético de Innsbruck, el artista murió a consecuencia de múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un shock hemorrágico en un contexto de tipo homicida y que fue golpeado y torturado durante su paso por el Estadio Chile, donde estuvo detenido. Se destaca que se encontranron más de 30 lesiones óseas producto de fracturas provocadas por heridas de proyectil y otras provocadas por objetos contundentes, diferentes a las heridas de bala. Una vez finalizados los estudios forenses en noviembre de 2009, se realizó un acto de homenaje, del 3 al 5 de diciembre, permaneciendo los restos mortales del artista en la sede de la Fundación Víctor Jara y, posteriormente, recibieron sepultura en el Cementerio General de Santiago de Chile. A diferencia del entierro, prácticamente clandestino, llevado a cabo en 1973, después de su asesinato, el sepelio del día 5 de diciembre de 2009, 36 años después de su asesinato, fue abierto y público. Luchin El arado
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