"Los trabajadores sabemos que no heredaremos más que ruinas, porque la burguesía intentará destruir el mundo en los últimos instantes de su historia. Pero no tenemos miedo de las ruinas porque llevamos lo nuevo en nuestro corazón."
José Buenaventura Durruti
La humanidad está padeciendo una pandemia provocada por un virus de reciente aparición que está poniendo bajo la lupa la organización capitalista, su debacle, la posibilidad de su derrumbe y de cambio por otro/s modelo/s de organización, suceda esto o no.
Los actuales acontecimientos que tienen en vilo al planeta muestran que los gobiernos con ideologías neofascistas y neoliberales, una vez en el poder, acarrean consecuencias nefastas para la población. Tal es el caso de Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos, Boris Johnson en Inglaterra, entre otros.
Los tres pilares ideológicos que mencionaba Wilhelm Reich con referencia al fascismo, racismo, misticismo y nacionalismo, están presentes en la actualidad. Por citar solo un ejemplo: el 5 de marzo de 2020, Bolsonaro convoca a “un ayuno religioso” para superar la pandemia. He aquí la convocatoria de algunas iglesias evangélicas: “Los mayores líderes evangélicos del país, representando a setenta millones de brasileños, atendiendo el pedido del presidente Jair Messias Bolsonaro, convocan al Ejército de Cristo para la mayor campaña de ayuno y oración nunca vista en la historia de Brasil” (1).
Con toda crueldad, se están viendo las consecuencias de que las masas apoyen instancias políticas dominadas por la irracionalidad que están llevando a sus poblaciones a la muerte deliberada.
Ha habido manifestaciones de sectores de la población a favor del levantamiento de la cuarentena y las medidas para contrarrestar la pandemia en Michigan (Estados Unidos), Camboriu y Brasilia (Brasil), solo por mencionar algunas.
Además, estamos sufriendo las consecuencias de los recortes en los sistemas de salud de los últimos cuarenta años, realizados por quienes consideraron las inversiones en salud y educación como gastos.
Se ha manifestado un amplio abanico de ideologías fascistoides darwinianas en posiciones tales como desestimar la importancia de la pandemia, comparar las muertes que provoca con todas las otras muertes que causa el capitalismo (guerras, hambre, accidentes de tránsito), resaltar que el coronavirus afecta a un bajo porcentaje de la población: viejos y enfermos. Muchas de estas posturas son encubiertas por un aval “científico”, lo cual nos lleva a afirmar que no hay ciencia neutral. Decía Oscar Varsavsky:
"La ciencia actual […] está adaptada a las necesidades de un sistema social cuyo factor dinámico es la producción social masificada, diversificada, de rápida obsolescencia; cuyo principal problema es vender –crear consumidores, ampliar mercados, crear nuevas necesidades o como quiera decirse– y cuya institución típica es el consorcio, modelo de organización y filosofía para las fuerzas armadas, el gobierno, las universidades. (2)"
Michael Greger afirmó hace más de diez años que “los grandes retos que enfrenta la humanidad son el cambio climático y las enfermedades infecciosas emergentes” (3). Greger hizo hincapié en la prevención primaria, que consiste en prevenir la aparición de virus pandémicos. Asimismo, relacionó las actividades económicas y el modo de vinculación del hombre con la naturaleza y el surgimiento de dichas enfermedades. Clasificó en tres los períodos de enfermedad por los que atravesó la humanidad. El primer período ocurrió hace diez mil años, cuando las enfermedades infecciosas se relacionaban con la domesticación de animales. Virus inofensivos en animales mutaron en patógenos por la cercanía entre ambos. El segundo fue producido por la industrialización: enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, hipertensión, cáncer, etc. El tercero es el de las enfermedades infecciosas emergentes, que han proliferado desde 1975, posiblemente producidas por el hacinamiento de los animales en su modo de cría industrial para abastecer de proteínas a la especie humana. Este período se caracteriza por el uso extrativista del suelo, la intensificación agrícola y la ganadería intensiva.
Greger menciona que se ha cambiado la forma de vida de los animales destruyendo sus hábitats con la expansión de las ciudades, la deforestación, el cautiverio de animales salvajes, el comercio de animales exóticos.
Con grandes coincidencias la periodista Sonia Shah afirma:
"Desde 1940, centenares de microbios patógenos aparecieron o reaparecieron en regiones donde, a veces, jamás habían sido observados antes. Es el caso del VIH, del ébola en África occidental, o incluso del zica en el continente americano. La mayoría de ellos (60%) son de origen animal. Algunos provienen de animales domésticos o de cría, pero la mayoría (más de dos tercios) provienen de animales salvajes […] Con la desforestación, la urbanización y la industrialización desenfrenada, ofrecimos a esos microbios los medios de llegar hasta el cuerpo humano y adaptarse […] Este fenómeno es calificado de “pasaje de la barrera de especies”. (4)"
La autora menciona las medidas de Donald Trump que favorecieron la situación actual en la que se encuentra Estados Unidos respecto del coronavirus: (5) la desregulación de las industrias extractivas y las actividades industriales, la eliminación del programa Predict (6) en 2019, la reducción del 53% de la contribución a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en febrero del 2020 (7). Como vemos, no es sin consecuencias entregar el poder a gobiernos de este tenor.
En un reportaje realizado por ANRed, Claudio Katz analiza algunas relaciones de la pandemia con el capitalismo. Plantea que esta es una calamidad natural que es potenciada por los gigantescos desequilibrios provocados por el capitalismo contemporáneo, que pone de manifiesto la desigualdad entre quienes tienen acceso al sistema de salud y quienes no lo tienen, y la desigualdad entre trabajadores formales e informales. También menciona las sospechas que existen sobre la creación del virus en un laboratorio de modo artificial (8).
Hace referencia a los movimientos populares que en sus programas proponen un movimiento mundialista que garantice la cuarentena y la salud de la población, una mayor cantidad de pruebas, la centralización, intervención o nacionalización de los sistemas de salud, la supresión de la propiedad intelectual en el campo de la medicina, el cobro de impuestos a las grandes fortunas, la condonación de la deuda, la suspensión de los desalojos y el ingreso universal gratuito. Finalmente, vislumbra una revalorización de la salud pública y de la solidaridad, así como el desarrollo de “un contrapunto frontal entre el egoísmo y la hermandad” (9).
En la misma línea, Alberto Arias expresa: "En el momento actual, las fuerzas de regresión, de conservadurismo y de involución social comienzan a manifestarse al mismo tiempo que las fuerzas del trabajo, el progreso, la solidaridad y la transformación social comenzamos a despertar, actuar y organizarnos. (10)"
Asimismo, Noam Chomsky ha afirmado en numerosas ocasiones que la única manera de contrarrestar el fascismo internacional es la intervención de los pueblos, también, a nivel internacional.
¿Por qué asumieron Bolsonaro o Trump?
¿Hasta qué punto la sociedad puede aceptar estos líderes?
Wilhelm Reich llamó a las fuerzas de regresión, de conservadurismo y de involución social “plaga psíquica o peste emocional”. Explicó cómo “la destrucción de la función viviente en el ser humano durante miles de años había engendrado un monstruo”, haciendo emerger en la forma de dictaduras al carácter humano irracional y la enfermedad psíquica de las masas. Destacó el carácter internacional –podríamos agregar también atemporal– de estos fenómenos (11).
Reich propiciaba la recuperación de la pulsación natural del organismo –lo que tenemos en común con las otras especies– inhibida desde hace más de cuatro mil años por la sociedad dividida en clases, el patriarcado y la represión sexual, y la recuperación de la vinculación de nuestra especie con las otras y con la naturaleza.
(1) Télam, 4 de marzo de 2020, disponible en Nota (1)
(2) Oscar Varsavsky, Ciencia, política y cientificismo, Buenos Aires, CEAL, 1986, p. 38.
(3) Michael Greger, “Historia y prevención de las pandemias”, Friday 27th march, 2020.
(4) Sonia Shah, “Regalos envenenados”, Le Monde diplomatique, año XXI, Nº 249, Buenos Aires, marzo de 2020, pp. 24-25.
(5) En ese país, a la fecha (7 de abril de 2020) los muertos superan los doce mil. (Llegando a 115000 muertos al 15 de junio de 2020).
(6) Programa dedicado a “establecer una vigilancia fuerte de los medios en los cuales los microbios de los animales son más susceptibles de mutarse en agentes patógenos humanos, tratando de eliminar aquellos que muestran veleidades de adaptación en nuestro organismo antes que desencadenen epidemias” (Sonia Shah, “Regalos envenenados”, p. 25).
(7) A la fecha, 26 de abril de 2020, el presidente Trump eliminó la totalidad del aporte estadounidense a la OMS.
(8) Claudio Katz, “Espero que la salud pública pueda triunfar sobre el capitalismo” (entrevista), 31 de marzo de 2020. Katz es economista, investigador del Conicet, profesor de la UBA y miembro de Economistas de Izquierda (EDI). Dialogó con El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario que se emite los domingos por Radio Con Vos, sobre la situación de crisis mundial en el marco de la pandemia.
(9) Alberto Arias, “¡Manos a la obra!”
(10) Podríamos agregar los gobiernos neoliberales y los que se cubren con ropajes progresistas y siempre terminan cediendo al gran capital.
(11) Wilhelm Reich, “El irracionalismo fascista”, en La función del orgasmo, pp. 185-186.
"Los trabajadores sabemos que no heredaremos más que ruinas, porque la burguesía intentará destruir el mundo en los últimos instantes de su historia. Pero no tenemos miedo de las ruinas porque llevamos lo nuevo en nuestro corazón."
Michael Greger afirmó hace más de diez años que “los grandes retos que enfrenta la humanidad son el cambio climático y las enfermedades infecciosas emergentes” (3). Greger hizo hincapié en la prevención primaria, que consiste en prevenir la aparición de virus pandémicos. Asimismo, relacionó las actividades económicas y el modo de vinculación del hombre con la naturaleza y el surgimiento de dichas enfermedades. Clasificó en tres los períodos de enfermedad por los que atravesó la humanidad. El primer período ocurrió hace diez mil años, cuando las enfermedades infecciosas se relacionaban con la domesticación de animales. Virus inofensivos en animales mutaron en patógenos por la cercanía entre ambos. El segundo fue producido por la industrialización: enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, hipertensión, cáncer, etc. El tercero es el de las enfermedades infecciosas emergentes, que han proliferado desde 1975, posiblemente producidas por el hacinamiento de los animales en su modo de cría industrial para abastecer de proteínas a la especie humana. Este período se caracteriza por el uso extrativista del suelo, la intensificación agrícola y la ganadería intensiva. La autora menciona las medidas de Donald Trump que favorecieron la situación actual en la que se encuentra Estados Unidos respecto del coronavirus: (5) la desregulación de las industrias extractivas y las actividades industriales, la eliminación del programa Predict (6) en 2019, la reducción del 53% de la contribución a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en febrero del 2020 (7). Como vemos, no es sin consecuencias entregar el poder a gobiernos de este tenor. Asimismo, Noam Chomsky ha afirmado en numerosas ocasiones que la única manera de contrarrestar el fascismo internacional es la intervención de los pueblos, también, a nivel internacional. |
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