El miércoles 2 de abril el presidente de los Estados Unidos (EE. UU) Donald Trump declaró la guerra comercial al mundo, imponiendo un arancel mínimo del 10% a todos los productos que ingresen a EE.UU y tarifas más elevadas a las principales economías del planeta y varias emergentes. Los aranceles impuestos a China son del 104%, a la Unión Europea (20%), Japón (24%), Corea del Sur (25%), Vietnam (46%), Camboya (49%), India (26%). Lo anterior significa la mayor ruptura del orden comercial internacional desde la Segunda Guerra Mundial. Estas medidas son adoptadas por la perdida de competitividad de la economía estadounidense a nivel global buscando así proteger al conjunto de capitales no competitivos de ese país y recuperar su base industrial para controlar el déficit comercial y de su cuenta corriente. El principal socio comercial de EE.UU es China, con la que tiene un déficit comercial, es decir, le vende (exportaciones) en menor cuantía de lo que esta le compra (importaciones). A su vez el principal tenedor de bonos de deuda de Estados Unidos es China. Lo anterior refleja que EE.UU es deudor de China, lo que se traduce en esta guerra comercial al mundo y en particular con China su principal acreedor y competidor. Los nuevos aranceles de Trump son una ruptura con el sistema multilateral de comercio que Washington contribuyó a construir tras la Segunda Guerra Mundial, lo que es consecuencia de su perdida de competitividad, a lo que se suma la pérdida del liderazgo en términos tecnológicos y también monetarios. El ocaso del dólar En agosto del año 1971, EE.UU deja el patrón monetario oro dólar, con el abandono de la paridad fija –que se extendió desde 1944 a 1971- de 1 onza de oro equivalente a 35 dólares. Este es reemplazado en 1971 por un régimen de flotación sucia de las monedas, con la coordinación de los tres principales bancos centrales del mundo capitalista: EE.UU, República Federal Alemana y Japón. Con el paso del tiempo el dólar continuo devaluándose con respecto al oro, hasta nuestros días, donde el valor de la onza de oro es de aproximadamente 2.800 dólares. A pesar de la debilidad relativa de la moneda estadounidense, esta continúa siendo el medio de pago de las transacciones internacionales, sostenida más por el Complejo Militar Industrial que por la fortaleza de su economía. Desde 1978, la economía de mayor crecimiento en el mundo es China y en 47 años el mundo cambió, lo que requiere una modificación en el sistema de pagos internacional que de cuenta de esta nueva realidad. El 17 de marzo de 2025 China activó una red de pagos transfronterizos con el yuan digital. Diez países de la Asociación de Naciones de Asia Sud-oriental (ASEAN), más seis países del Medio Oriente, que representan el 38% del comercio mundial, acordaron que sus transacciones internacionales ya no pasarán por el sistema SWIFT dominado por el dólar estadounidense, sino que ingresan en el yuan digital. Mientras el sistema SWIFT arrastra demoras de 3 a 5 días en los pagos internacionales, el puente digital chino ha reducido ese tiempo a 7 segundos. El ocaso o despertar argentino Mientras EE.UU y el mundo – por las medidas tomadas por Trump- protegen sus economías y el mercado interno, Argentina va a contramano del mundo abriéndose al libre comercio con atraso cambiario (dólar barato), es decir, endeudándose en términos comerciales y financieros. Las medidas proteccionistas que adopta Trump, son justamente para contrarrestar el endeudamiento o vulnerabilidad externa estadounidense; en cambio las de Milei acrecientan el endeudamiento, vulnerabilidad externa e hipotecan el patrimonio argentino. En el año 2006 Nestor Kirchner canceló la totalidad de la deuda con el FMI. recuperando el país la soberanía económica y política con crecimiento. En los años 2018 con Mauricio Macri y 2025 con Javier Milei, Argentina retorna a la dependencia con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El primero se endeuda con el Fondo en 45.000 millones de dólares y el segundo en 20.000 millones de dólares; los recursos NO se utilizan para la inversión productiva sino para alimentar el carry trade (bicicleta financiera) y fuga de capitales, bajo la conducción económica como funcionarios de ambos gobiernos, de Luis Caputo y Federico Sturzenegger. Casi en simultáneo con el discurso de Trump, el 2 de abril en acto por Malvinas, Milei en Plaza San Martín de CABA renuncia al reclamo histórico de Argentina por las Islas y plantea la autodeterminación de los kelpers, señalando: “Y si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros siempre dejamos en claro que el voto más importante de todos es el que se hace con los pies, y anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros. Por eso buscamos ser una potencia, a punto tal que ellos prefieran ser argentinos”. Lo que afirmó Milei es contrario a la resolución 1514 de la ONU y a la postura histórica de Argentina, dado que el Reino Unido ocupó las islas por la fuerza en 1833, expulsó a su población originaria y no permitió su retorno, vulnerando la integridad territorial de Argentina. Una vez finalizado su discurso Milei viaja a EE.UU con el Ministro Luis Caputo para intentar sacarse una foto con Trump. Contrasta el proteccionismo de Trump con la predica de libre comercio del otro. Mientras el primero impone barreras al ingreso de productos extranjeros a Estados Unidos, el otro (Milei) abre el mercado a productos del exterior. Tiene una lógica el primero (Trump) busca desendeudarse. Tiene una lógica Milei, busca endeudar al país y pagar la deuda con Recursos Naturales o territorio. Lamentablemente no es el único que piensa así. Macri, en el año 1997 en una entrevista señalaba, “Nunca entendí los temas de soberanía en un país tan grande como el nuestro. Nosotros no tenemos un problema de espacio como tienen los israelíes”, y remató diciendo “las Malvinas serían un déficit adicional para el país”. Durante la Pandemia Patricia Bullrich en una entrevista televisiva decía, “Pfizer no pidió los hielos continentales, ni las Islas Malvinas, bueno, las Islas Malvinas se las podríamos haber dado”. Se requiere la unidad de los argentinos para enfrentar el cipayismo de cierta dirigencia, que responde más a los intereses del dinero que el amor a la patria. Como señala José Hernández en el libro Martín Fierro “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera…..porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.” |
Últimos Libros editados
|
![]() |
11 6011-0453 |
![]() |
11 6011-0453 |