Es ésta como otras tantas crisis existentes en la República Argentina provocada para favorecer los intereses económicos de inmobiliarias, empresas constructoras e inversores fueren estos últimos bancos, fondos de inversión o inversores privados, que forman una trilogía que determina los precios de mercado tanto de alquileres de viviendas o su valor por metro cuadrado en zonas determinadas del Gran Buenos Aires caracterizadas por tener una población mayoritariamente de clase media y de clase económicamente alta y prácticamente en toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La retención de viviendas desocupadas que no se ofertan en el mercado para alquilar no es fruto de la ley de alquileres, la misma puede ser modificada de tres a dos años de contrato, del índice de actualización del precio de la locación, del tiempo de ajuste del alquiler de 1 año a 6 meses o 3 meses y no desaparecerá el problema, pues persistirán los grandes tenedores de los paquetes de viviendas en sus tácticas que provocan una plusvalía salvaje en desmedro de quienes están forzados en realizar alquileres de viviendas o a su defecto comprar una, cosa hoy casi imposible no solamente por el alto precio sino por la magnitud de los intereses a pagar sobre la deuda hipotecaria. La problemática detallada puede parecer en un primer momento exagerada o fruto de una imaginación caprichosa, para evitar dudas o deducciones equívocas pasaré a detallar la situación en la Argentina del problema habitacional.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 3.092.942 habitantes hay un total de 1.638.764 viviendas, de las cuales 288.000 están en estado ocioso que es el 17,57%, del 82,43 % restante que se consideran ocupadas 22.500 están ocupadas en la modalidad de alquiler temporario con contratos a corto tiempo de duración de la locación, destinada principalmente al turismo receptivo, con precios muy altos y fijados en dólares, solamente de las 288.000 viviendas desocupadas 1.000 están en oferta de alquiler.
En la Argentina hay 46.440.703 habitantes y 17.780.210 viviendas de las cuales 2.000.000 están desocupadas, el 8,8 % de la población es decir 4.644.070 personas tienen serios problemas habitacionales.
En el Conurbano Bonaerense tenemos 10.894.664 habitantes y 6.448.643 viviendas de las cuales 572.022 están ociosas. En Rosario hay 80.000 viviendas sin alquilar y en Córdoba 125.000, esto en menor o mayor grado se repite en todo el país, además se produce un aumento permanente del valor del metro cuadrado y en los alquileres de los lugares más baratos del Gran Buenos Aires por el éxodo que se produce desde La Ciudad Autónoma de Buenos Aires de quienes ya no pueden pagar por un departamento de 2 ambientes ubicado en una zona intermedia como es el barrio de Boedo de 40 m2 la suma de 240.000 pesos mensuales, más expensas e impuestos, o en el Barrio 31 ubicado en Retiro donde por una habitación se pagan 70.000 pesos mensuales de alquiler, mientras que en el Gran Buenos en la mayoría de las zonas los montos de los alquileres son del 60% al 50% menores.
La poca oferta en alquiler de las propiedades desocupadas hace subir desproporcionadamente en relación a los sueldos el precio de las mismas, pero también el monopolio de las propiedades concentradas en pocas manos determina que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en una zona de costo intermedio de la propiedad el m2 se fije en los 1.900 dólares el m2, en una zona similar del Gran Buenos Aires excluyendo las de más alto poder económico el m2 está en los 900 dólares, en Rosario a 1.000, en Córdoba Ciudad a 1.200, en Mar del Plata a 975, en el Partido de la Costa a 950, en Mendoza ciudad 800 dólares, Neuquén y Salta 945, Posadas 890 y Santa Fe 820 dólares el m2. Esta concentración de las propiedades ociosas en unas pocas manos que es funcional a la alta concentración del total de la riqueza en la Argentina también en muy pocas manos, produce un saqueo de los salarios y ahorros de los que menos poseen por parte de los más ricos de la Argentina.
Para desactivar esta anomalía es menester establecer un impuesto a la propiedad ociosa de por lo menos el 1% mensual de su valor de mercado y crear créditos hipotecarios a por lo menos 30 años de plazo de pago y con un interés máximo anual del 4 %. Lógicamente el BCRA en forma previa debería fijar una tasa máxima de intereses pagaderos por las entidades bancarias de un máximo del 3% anual y no del suicida 118% anual del día de hoy, quiero aclarar expresamente que las entidades Bancarias y Crediticias nunca ganaron tanto dinero como en los últimos meses del 2022 y los del 2023, eso sí en perjuicio de los trabajadores.
La retención de viviendas desocupadas que no se ofertan en el mercado para alquilar no es fruto de la ley de alquileres, la misma puede ser modificada de tres a dos años de contrato, del índice de actualización del precio de la locación, del tiempo de ajuste del alquiler de 1 año a 6 meses o 3 meses y no desaparecerá el problema, pues persistirán los grandes tenedores de los paquetes de viviendas en sus tácticas que provocan una plusvalía salvaje en desmedro de quienes están forzados en realizar alquileres de viviendas o a su defecto comprar una, cosa hoy casi imposible no solamente por el alto precio sino por la magnitud de los intereses a pagar sobre la deuda hipotecaria. La problemática detallada puede parecer en un primer momento exagerada o fruto de una imaginación caprichosa, para evitar dudas o deducciones equívocas pasaré a detallar la situación en la Argentina del problema habitacional. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con 3.092.942 habitantes hay un total de 1.638.764 viviendas, de las cuales 288.000 están en estado ocioso que es el 17,57%, del 82,43 % restante que se consideran ocupadas 22.500 están ocupadas en la modalidad de alquiler temporario con contratos a corto tiempo de duración de la locación, destinada principalmente al turismo receptivo, con precios muy altos y fijados en dólares, solamente de las 288.000 viviendas desocupadas 1.000 están en oferta de alquiler. En la Argentina hay 46.440.703 habitantes y 17.780.210 viviendas de las cuales 2.000.000 están desocupadas, el 8,8 % de la población es decir 4.644.070 personas tienen serios problemas habitacionales. En el Conurbano Bonaerense tenemos 10.894.664 habitantes y 6.448.643 viviendas de las cuales 572.022 están ociosas. En Rosario hay 80.000 viviendas sin alquilar y en Córdoba 125.000, esto en menor o mayor grado se repite en todo el país, además se produce un aumento permanente del valor del metro cuadrado y en los alquileres de los lugares más baratos del Gran Buenos Aires por el éxodo que se produce desde La Ciudad Autónoma de Buenos Aires de quienes ya no pueden pagar por un departamento de 2 ambientes ubicado en una zona intermedia como es el barrio de Boedo de 40 m2 la suma de 240.000 pesos mensuales, más expensas e impuestos, o en el Barrio 31 ubicado en Retiro donde por una habitación se pagan 70.000 pesos mensuales de alquiler, mientras que en el Gran Buenos en la mayoría de las zonas los montos de los alquileres son del 60% al 50% menores. La poca oferta en alquiler de las propiedades desocupadas hace subir desproporcionadamente en relación a los sueldos el precio de las mismas, pero también el monopolio de las propiedades concentradas en pocas manos determina que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en una zona de costo intermedio de la propiedad el m2 se fije en los 1.900 dólares el m2, en una zona similar del Gran Buenos Aires excluyendo las de más alto poder económico el m2 está en los 900 dólares, en Rosario a 1.000, en Córdoba Ciudad a 1.200, en Mar del Plata a 975, en el Partido de la Costa a 950, en Mendoza ciudad 800 dólares, Neuquén y Salta 945, Posadas 890 y Santa Fe 820 dólares el m2. Esta concentración de las propiedades ociosas en unas pocas manos que es funcional a la alta concentración del total de la riqueza en la Argentina también en muy pocas manos, produce un saqueo de los salarios y ahorros de los que menos poseen por parte de los más ricos de la Argentina. Para desactivar esta anomalía es menester establecer un impuesto a la propiedad ociosa de por lo menos el 1% mensual de su valor de mercado y crear créditos hipotecarios a por lo menos 30 años de plazo de pago y con un interés máximo anual del 4 %. Lógicamente el BCRA en forma previa debería fijar una tasa máxima de intereses pagaderos por las entidades bancarias de un máximo del 3% anual y no del suicida 118% anual del día de hoy, quiero aclarar expresamente que las entidades Bancarias y Crediticias nunca ganaron tanto dinero como en los últimos meses del 2022 y los del 2023, eso sí en perjuicio de los trabajadores. |
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